Cien años de Antonio Alatorre de Andrea Reynoso

 

Pedro Valderrama Villanueva

En años recientes, desde diferentes puntos del interior del estado, ha surgido un grupo de figuras que han tomado en sus propias manos y de manera independiente, el rescate, estudio y difusión de las letras de su municipio. Este conjunto ha demostrado un interés casi inaudito por el rescate de figuras provenientes de su terruño. De esta manera, se cuenta con rescatistas de Chapala, Lagos de Moreno, Arandas, Zacoalco, Zapotlán el Grande y, más recientemente, Autlán.

Desde cada uno de estos poblados, contamos con los puntuales trabajos de expertos como: Salvador Encarnación, Dante Alejandro Velázquez, Miguel Ángel García Ascencio, Ricardo Sigala, Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar, Fernando G. Castolo, Milton Ivan Peralta y Carlos Axel Flores Valdovinos.

A esta cada vez más extensa lista de estudiosos provenientes del interior del estado, se agrega una pluma más. Se trata de la joven gambusina Andrea Reynoso, quien, en los últimos años, ha sorprendido por su pasión y entrega casi total hacia la literatura de Autlán. Se ha vuelto en la fundadora y animadora del Festival de poesía Antonio Alatorre, organiza talleres literarios, conduce programas culturales por internet, encabeza la editorial Aotli e investiga temas literarios sobre su municipio.

Andrea Reynoso nació Autlán, en 1991, y a temprana edad, junto a su familia, se muda a Tijuana, Baja California, donde realiza sus estudios básicos y de bachillerato, además de involucrarse activamente en el teatro. Posteriormente, Reynoso realiza sus estudios profesionales en la UAN, donde cursa la licenciatura en Comunicación y medios. Poco después, regresa a su natal Autlán, desde donde ha iniciado una cruzada personal. Andrea Reynoso es la detonadora de la efervescencia literaria actual, la iniciadora de una movida muy particular, que, en los próximos años, tal vez pueda equipararse con los que acontece en los últimos tiempos en Zapotlán el Grande.

Por lo general, cuando pensamos en Autlán, nos viene a la mente, además de un calor apabullante, la exuberante sierra de Amula. Sin embargo, cuando aterrizamos sobre el terreno de la literatura, es inevitable hacer referencia al ensayista Antonio Alatorre y al narrador Ramón Rubín. Explorar, pues, las letras de este municipio, más allá de estos nombres, en apariencia, es casi inexistente. No obstante, en las últimas décadas, con la apertura del Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSur) y la Casa Universitaria Antonio Alatorre, que además alberga una librería, entre otros factores, Autlán se ha vuelto en un imán para las jóvenes vocaciones de la cultura en busca de nuevos horizontes para lanzar sus propuestas.

A Andrea Reynoso la identifico como parte de la nueva ola de investigadoras que desde hace cerca de un lustro se han interesado por distintos temas de las letras de Jalisco. Dentro de este selecto grupo identifico a Kenia Cornejo, Didiana Sedano, Betsabé Ortega y Andrea Reynoso.

Andrea Reynoso es la responsable de las dos ediciones del libro Cien años de Antonio Alatorre (Aotli, 2024), un proyecto único en su especie que surge de manera independiente en torno a la figura del filólogo jalisciense. Con anterioridad, después del deceso de Alatorre, El Colegio de México, en 2012, se encargó de dos compilaciones dedicadas a su trabajo: Con Antonio Alatorre In memoriam y Estampas. Por su parte, la Secretaría de Cultura de Jalisco dio a conocer, en 2022, El sabio de Autlán Antonio Alatorre.

Por esta razón, Cien años de Antonio Alatorre tiene un gran mérito que los otros tal vez no. Mientras los libros antes citados están realizados con todo el apoyo del aparato gubernamental para realizar, costear y distribuir dichas ediciones, Andrea Reynoso se aventuró a realizar su edición de manera independiente; es decir: se echó a la espalda el presente proyecto con recursos propios para imprimir y distribuir su trabajo acompañado de todos los retos que implica un libro de esta naturaleza.

De esta manera, en Cien años de Antonio Alatorre encontramos una selección nutrida de colaboradores que amplían la visión que se tenía sobre el académico. Estas catorce miradas se detienen a examinar las distintas facetas de la vida del autlense. Entre los numerosos colaboradores hallamos a Miguel Ventura, Miguel Reséndiz Oikión, Guillermo Tovar Vázquez, Ricardo Sigala, Jesús D. Medina, Alfredo T. Ortega, Hirepan Solorio Farfán, Carlos Axel Flores Valdovinos, Mauricio Allera Malo, Andrea Reynoso, Sergio Téllez-Pon, Sergio Cordero y Carlos Efrén Rangel.

A la realizadora del presente libro le auguro un futuro prometedor dentro del campo de la investigación literaria. Su entusiasmo, disposición y capacidad para llevar a cabo estas tareas quedan más que claras con el presente esfuerzo. Cien años de Antonio Alatorre está destinado a convertirse en un libro de consulta obligado para todo aquel interesado en acercarse al filólogo jalisciense.