domingo, 29 de septiembre de 2024

Ciclo de mujeres; tiempo de México

 


Pedro Vargas Avalos



Nada más hermoso que la mujer; y las más decididas, tienen el futuro del mundo. El turno llegó a nuestra patria, y desde este tiempo, el ciclo de las damas marca la agenda de la república.



Basta contemplar el panorama nacional y nos damos cabal cuenta de la presencia sustancial femenina. Desde la contienda presidencial pasada, dos candidatas -Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez- ocuparon la atención de los mexicanos; el varón que contendió en esa pugna -Jorge García Máynez- solo tuvo participación testimonial. De igual manera, dejando al margen que en el país en este 2024 habrá trece gobernadoras (diez de Morena y tres prianistas), y en las cámaras alta y baja de la Federación, casi son mitades los senadores (as) y diputados (as), como lo fue el gabinete del gobierno federal, no podemos soslayar que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) está presidida por una -por cierto muy controvertida- ministra (Norma Lucía Piña Hernández), al igual que el Tribunal Federal Electoral tiene de presidenta a una excelente abogada (Mónica Soto Fregoso) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos es dirigida por la sicóloga regiomontana María del Rosario Piedra Ibarra. Y no mencionamos la concurrencia destacada del sector femenino en los congresos locales, los ayuntamientos y en general, en la totalidad de los sectores tanto público como privado, lugares todos donde ahora la mujer es protagónica.


Sin embargo, quien se lleva el primer plano por su trascendencia, es la científica Claudia Sheinbaum Pardo (CSP), quien luego de su arrollador triunfo electoral el reciente 2 de junio, asume la presidencia de la república este uno de octubre.






Así pues, no cabe duda de que la actual época, es tiempo de mujeres. Al respecto, tirios y troyanos confiamos, con base en las cualidades de nuestra flamante presidenta, por cierto, de ideas avanzadas, espíritu solidario y carácter firme, que el sexenio claudiano será excelente para México.


Desde que se reconoció popularmente su triunfo electoral, CSP manifestó que el logro obtenido no solo era de ella, sino de todas las mujeres, e incluyó a los hombres: “se lo debemos a muchas y muchos que han luchado por nuestra patria”. Y tras asegurar que su gobierno sería del pueblo, por y para el pueblo, afirmó: “Me comprometo con ustedes, a llevar a México por el sendero de la paz, la seguridad, la democracia, las libertades, la igualdad y la justicia”, aseverando que su administración será austera, no permitirá que regrese la corrupción, ni los privilegios y se conducirá con humildad y profunda responsabilidad. (Discurso de CSP, zócalo de México, 3-VI-2024).


Cuando se le entregó la constancia que la acreditó como presidenta electa, Claudia precisó que su conducta como mandataria estaría ceñida a los principios básicos de no robar, no mentir, y no traicionar a los mexicanos. Ese día -15 de agosto- con certera visión de lo que significa gobernar a todos sus compatriotas, exhortó a sus correligionarios morenistas para que trazaran “una ruta clara que separe la labor del partido y la labor del gobierno en el proceso de transformación". Y eso ya se cumplió, pues el 22 de agosto pasado, en el Congreso Nacional Extraordinario de Morena, se eligió a una joven mujer como su lideresa: la exsecretaria de gobernación, Luisa María Alcalde Luján. Con ese hecho, se reiteró lo que sostenemos: que es tiempo de mujeres.






Sheinbaum, sostiene que la unidad nacional se debe basar en “principios, causas y en la construcción del modelo que llamamos el Humanismo Mexicano”. Este término lo acuñó y difundió el ahora exmandatario López Obrador, popular titular del anterior gobierno federal, quien se retiró (para asombro de partidarios y pasmo de sus impugnadores) a una vida campirana y prácticamente aislada. Sin embargo su divisa toral seguirá vigente: Por el bien de todos, primero los pobres.


La flamante mandamás, sostiene que “Nuestra diversidad y pluralidad son riquezas en la unidad. Nadie debe apostar a la división de nuestro movimiento. el movimiento más importante en contra del neoliberalismo en el mundo.” Y a propósito de esta corriente que parece un nocivo porfirismo traído a nuestros días, habremos de decir que para CSP, ese fatal neoliberalismo -igual a un proyecto sin futuro- “se impuso en nuestro país con antidemocracia”, de allí que para ella la democracia es nuestra reivindicación, por lo que sostiene que la democracia no es un arma de la derecha, sino “un arma nuestra, del pueblo de México”.


Una indúe, Kavita Nandini Ramdas, científica y luchadora por la mujer, expresó en cierta ocasión algo que parece dibuja a la presidenta mexicana. Ella dijo que “Necesitamos mujeres que sean tan fuertes que puedan ser amables, tan educadas que puedan ser humildes, tan feroces que puedan ser compasivas, tan apasionadas que puedan ser racionales y tan disciplinadas que puedan ser libres.” Y todo eso es CSP. Por ello se equivocan rotundamente aquellos que han propalado la idea de que será un títere del expresidente, fundador del lopezobradorismo.





Ciertamente, Amlo ha manifestado constantemente que lo mejor que le pudo suceder a México, fue tener a la primera presidenta en 200 años de vida independiente, y que ese delicado cargo recayera en una mujer como Claudia Sheinbaum, de la cual augura será la mejor presidenta del mundo. El 2 de agosto señaló: “Está muy preparada, pero, además, con experiencia, ya fue jefa de Gobierno en la CDMX. Lo más importante es que es una mujer con convicciones, tiene buen corazón, muy humana y honesta. Es incorruptible”. Por esa razón, enfatiza que él se irá contento a su finca rústica en el sureste.


Quien quiera saber más sobre lo que hará CSP al frente de los destinos de la república, aparte del discurso que formuló al arrancar su mandato, puede leer los cien puntos que precisó en el corazón de la ciudad de México, cuando principió su campaña presidencial el uno de marzo. En ese catálogo se encuentra lo que una genuina patriota procurará para la nación: recuperar para el pueblo su soberanía, hacer que rija la justicia, impere la democracia, no haya desigualdades, el desarrollo sea para todos y que México sea respetado en todo el orbe.


La tarea es enorme, pero ya lo dijimos, Claudia Sheinbaum tiene todos los elementos que se necesita para convertirse en notable estadista y demostrar a los cuatro vientos, que efectivamente, este ciclo que se inicia, es tiempo de mujeres.




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