José de Jesús Guzmán Mora*
La mañana del 14 de septiembre de 1953 los habitantes del risueño pueblo de San Gabriel amanecían con enorme alegría, porque estaban celebrando con entusiasmo las Fiestas Patrias; gobernaba en el municipio el señor J. Guadalupe Aguilar Ramírez, su Secretario General era don Rafael Larios Quintero, sus oficinas se localizaban por la calle “Mariano Morett” No. 9, domicilio que hoy ocupa la Casa de la Cultura “Enrique Trujillo González”.
La mañana transcurrían de manera normal en el sosegado pueblo; sus habitantes ocupados en sus labores cotidianas no se imaginaban lo que esa tarde estaba por suceder.
A eso de las cinco de la tarde, una avioneta tipo “Sesna” de dos plazas empezó a surcar los aires, venía procedente de los Estados Unidos de Norteamérica; contaba con matrícula de la hermana República de Chile hacia donde se dirigían; la máquina era piloteada por el Ing. Civil Jorge Pascal Layón, de 42 años de edad, era acompañado por su copiloto el señor Federico Newman Núñez, de 36 años de edad, ambos de origen chileno, el pájaro de acero daba vueltas por encima de los tejados rojos y húmedos por la temporada de lluvias.
Un grupo de jóvenes entre los 12 y 14 años jugaban un partido de fútbol en la cancha de lo que antes era el “Parque Hidalgo”, hoy convertido en el patio cívico y deportivo de la Escuela Primaria para Niños “Venustiano Carranza”, ante dicho espectáculo suspendieron su encuentro deportivo para observar aquel aparato que volaba sobre sus cabezas.
Después de varias vueltas, ante los sorprendidos ojos de la ciudadanía gabrielense, la avioneta desapareció yendo a estrellarse; al enterarse las autoridades municipales de inmediato informaron del suceso al Agente del Ministerio Público.
Según el acta de defunción: […] “El lugar donde falleció se denomina “Arroyo Seco” ubicado en el Potrero “El Copal” como a 5 o 6 kilómetros al Este de esta ciudad. No se ordena del Juzgado la inhumación del cadáver, en virtud de que será trasladado a la Ciudad de México y posteriormente a Santiago de Chile. Al efecto, vendrán representantes de la H. Embajada de Chile en la Ciudad de México”.
Ya casi al anochecer dieron con los restos de la avioneta, y con los dos cuerpos sin vida; en su inmediata periferia encontraron diversos artículos: maletas con ropa, artículos de cocina, lapiceras, artículos personales y dinero. Sus cuerpos rescatados por la Autoridad Municipal y el Agente del Ministerio Público fueron velados en la antigua Escuela de Niñas, (por la calle “Manuel C. Michel”) que permanecía vacía, ese antiguo edificio fue convertido poco después en Hotel administrado por don Alfonso Arámbula y atendido por doña Chayo López, luego sería la casa de estudio de la banda de música “Ireneo Monroy”. Hoy esa edificación ocupa las instalaciones de la actual Presidencia Municipal.
A los cadáveres se les practicó la autopsia de ley bajo la guía del Dr. Manuel Santacruz Acosta, los cadáveres tendidos en el recinto de la Escuela de Niñas, fueron velados por la ciudadanía que acudía en pequeños grupos, distinguiéndose los jóvenes que hacían su Servicio Militar por ser mayores de 18 años, mismos que hicieron guardia en el lugar de la velación.
Informadas las autoridades chilenas del trágico accidente, vino en su busca el socio y amigo del Ing. Pascal Layón, el señor Juan Tocornal Rogers. Algunas personas del pueblo dicen que venía acompañado del Cónsul chileno radicado en México y que, dados los fatales acontecimientos, la Autoridad Municipal propuso que se suspendieran las fiestas septembrinas, pero el Cónsul y sus acompañantes dijeron que no era necesario, su opinión fue que se continuara con lo planeado; después de los trámites, ambos difuntos fueron transportados a la Ciudad de México y posteriormente a su tierra natal para su inhumación, de acuerdo con el acta de defunción, se hizo cargo de los cadáveres […] “el señor Luis Leal Martínez, Teniente Coronel del Ejército Mexicano, casado, de 44 años de edad, originario de Tacámbaro, Michoacán”.
Las fiestas patrias de 1953, estuvieron marcadas por el trágico acontecimiento. Han pasado 71 largos años de aquel inusitado accidente.
El 8 de octubre de 2014, sorpresivamente, recibo la visita de una pareja; son mayores de edad, de origen chileno, radicaban en Cancún, Quintana Roo desde hacía más de 17 años, vienen procedentes de Guadalajara, han estado solo escasas dos horas y hemos platicado sobre el accidente de la avioneta.
Sr. Nolberto Maraboli y Elvira Pascal, 2014.
El caballero lleva por nombre Nolberto Maraboli Pérez, se nota que es una persona muy educada y con mucho respeto y admiración por la cultura mexicana. Ella es la señora Elvira T. Pascal Dittborn, hija del Ing. Pascal Layón, quien me comentó que cuando ocurrió el accidente de su padre, ella contaba con 12 años de edad y lo recuerda con cierta incertidumbre; han venido a San Gabriel para informarse de los pormenores del accidente, y desean especialmente saber dónde velaron el cuerpo de su progenitor, conocer un poco más de San Gabriel. Les platico lo que sé sobre el accidente y al retirarse les prometo que investigaré un poco más al respecto.
Nos despedimos con un gran abrazo. La comunicación con ellos fue constante por dos años aproximadamente.
*Consorcio del capítulo sur, de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco.
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