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martes, 10 de septiembre de 2024

43 senadores


 


Víctor Hugo Prado


En 43 senadores recae la enorme responsabilidad de impedir la aprobación de la reforma judicial que impulsa el presidente López Obrador. De ellos, basta que uno se enferme, no asista porque se quedó dormido, lo choquen en el trayecto, decida por voluntad propia o forzada irse a Morena o alguna de las fuerzas políticas que componen el oficialismo para perder el dique de contención de los 43 y le dé mayoría calificada al oficialismo para lograr la anhelada mayoría que les daría facultades, no solo para aprobar una reforma judicial al vapor, sino para hacer cambios constitucionales que dinamite al sistema democrático, ese que permitió a López Obrador alcanzar la presidencia en 2018.




Lo grave, señala Aguilar Camín en el diario Milenio es que “para lograr la aprobación de su reforma judicial, llamada a “limpiar de corrupción” la justicia, el gobierno use corruptamente sus poderes judiciales y amenace con ellos a los senadores que se oponen. Lo que se busca es a uno, que les de mayoría”.


Desde hace días, es queja común de la oposición, los senadores del PAN, PRI y MC están recibiendo ofertas de beneficios políticos y económicos por su voto, pero sobre todo están siendo amenazados, días atrás ya habían cooptado a dos del PRD. Algunos senadores han señalado presiones hasta en su seguridad física por el crimen organizado; Aguilar Camín exhibe “criminales pujando por la reforma judicial del régimen”. Amenazas y extorsiones, premios o castigos es y ha sido un modus operandi del actual gobierno, hay varios ejemplos de ello. Hoy podría ser aprobada, porque no tengo duda, de los 43 surgirá uno o hasta dos traidores. Ayer estaba en boca un senador veracruzano con cola que le pisen.





Elisa Alanís, también columnista de Milenio, opina del efecto desastroso de la reforma judicial, señala “los peligros del último coletazo presidencial han sido advertidos no solo por la minoría política, sino por estudiantes, por organizaciones defensoras de derechos humanos, por académicos, por empresarios, por colectivos feministas, por los principales socios comerciales, por organismos internacionales, por la prensa local y extranjera, por movimientos indígenas, por grupos de víctimas”. Yo también lo creo, hay tiempo para aprobar una reforma de fondo al sistema de justicia que incluya a las fiscalías, policías, defensorías públicas, poderes judiciales federal y locales.


Alanís de nuevo “A Sheinbaum, López Obrador no le está dejando terreno libre y fértil para que edifique un mejor país; le está dinamitando los pilares de la democracia a plena luz del día.” ¿Usted qué opina?



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