Fernando G.
Castolo
Recordamos en ese rubro a cronistas virreinales que dieron cuenta pormenorizada de las cosas de este pueblo, a manera de "Relaciones", físicas, geográficas y humanas. Fray Bernardino Antonio de Lepe y del Ribero (San Francisco de Almoloyán, Colima), párroco de Zapotlán, nos ofrece una interesante prospección sobre las cosas que indagó y las que vió en el siglo XVIII, las cuales presentó al Obispo Michoacano.
Después, en las postrimerías del siglo XIX, fue doña Refugio Barragán de Toscano (Tonila) la que ventila escenarios y tradiciones del Zapotlán que vieron sus ojos, a través de su novela "La hija del bandido...", publicada en 1887.
Muy cerca de ese año, en 1891, el canónigo don Ramón López Ochoa nos obsequia una hermosa reseña sobre las solemnidades Josefinas verificadas un año antes, donde igualmente nos revela particularidades del paisaje urbano y natural, así como del medio social que protagonizó aquel ambiente festivo.
Ya, en el siglo XX, hay muchos más interesados en dejar testimonios certeros sobre la historia local. Ahí tenemos al Dr. J. Jesús Figueroa Torres (Colima), quien nos regala la primera monografía zapotlense publicada en 1947. Se encuentra el impresor Salvador Aguilar Dosal quien pública "Mis recuerdos de Zapotlán el Grande" en 1952.
También tenemos a Esteban Cibrián Guzmán quien, a través de su medio periodístico "Vigía", reseña episodios históricos de la comunidad, material que, posteriormente, daría nacimiento a cinco importantes libros sobre hechos trascendentes del pueblo.
Otro historiador más fue Juan S. Vizcaíno (Tapalpa) quien, con documentos de primera mano, ofrece interesantes luces, muchas de ellas inéditas, que revelan la trascendencia de Zapotlán el Grande. A él debemos la existencia del Archivo Histórico Municipal, así como una variada bibliografía de crónicas.
Su tocayo, Juan José González Moreno, publicó en 2002 "Y mi pueblo Zapotlán se hizo Ciudad Guzmán", un meritorio libro que reseña el pueblo de su niñez. Otro historiador nato fue Héctor González Ochoa, quien nos regalara una serie de publicaciones intituladas "Zapotlán en el siglo XX". En este mismo plano recordamos y reconocemos los buenos oficios del profesor Isidoro Jiménez Camberos (Zapotiltic); así como del profesor Adrián Gil Pérez (Tamazula de Gordiano), quienes se han ocupado de realizar serias investigaciones sobre la historia local y regional... Zapotlán ha sido cuna o vecindad de notables personajes a quienes les debemos el desvelo de nuestra rica historia.
Hoy, en este día en que celebramos a los historiadores, vaya para todos ellos nuestra admiración, respeto y reconocimiento a su leal trayectoria en el arte de historiar.
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