La
siguiente pregunta que nos podemos hacer es qué queremos decir
cuando hablamos de haber causado “daño” a otras personas. ¿Qué
tipos de “daños” puede causar una persona a otra?
Para
definir la palabra “daño” de una manera práctica, podemos decir
que es el resultado de un choque de los instintos que le causa a
alguien un perjuicio físico, mental, emocional o espiritual.
—
Doce Pasos y Doce Tradiciones, p. 78
En las reuniones de
Octavo Paso, yo siempre pensaba, “realmente no he hecho daño a
mucha gente sino principalmente a mí mismo”. Pero cuando escribí
mi lista, no era tan corta como esperaba. Era que tú me gustabas,
que no me gustabas o que necesitaba algo de ti — así de simple. La
gente no había hecho lo que yo quería y mis relaciones íntimas
estaban fuera de control debido a las exigencias irrazonables de mi
pareja. ¿Eran estos pecados de omisión? Debido a mi forma de beber,
yo “había desaparecido”— nunca envié tarjetas, nunca devolví
llamadas, nunca me hice presente para otra gente ni tomé parte en
sus vidas.
Qué gracia ha sido echar una mirada a estas
relaciones, hacer mis inventarios en quietud, sólo con el Dios de mi
entendimiento y seguir adelante a diario, dispuesto a ser honesto y
recto en mis relaciones.
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