Primero, echamos una mirada a nuestro pasado e intentamos descubrir en donde hicimos algún mal; segundo, hacemos un enérgico esfuerzo para reparar el daño que hemos causado….
— Doce Pasos y
Doce Tradiciones, p. 75
Como un viajero en un nuevo y
emocionante viaje A.A. de recuperación, yo experimenté una nueva
tranquilidad de espíritu y el horizonte apareció claro y brillante
en lugar de ser oscuro y turbio. Revisar mi vida para descubrir en
dónde había fallado me parecía ser una tarea ardua y peligrosa.
Era penoso hacer una pausa y mirar hacia atrás. ¡Tenía miedo de
que fuera a tropezar! ¿No podía olvidar el pasado y solamente vivir
en mi nuevo y dorado presente? Me di cuenta de que aquellos a quienes
había perjudicado en el pasado se interponían entre mi persona y mi
deseo de continuar en mi viaje hacia la serenidad. Tenía que pedir
valor para enfrentarme a esas personas en mi vida que todavía vivían
en mi conciencia, para reconocer y tratar la culpabilidad que me
producía su presencia. Tuve que mirar los daños que había causado
y disponerme a hacer reparaciones.
Solamente entonces
pude reanudar mi viaje del espíritu.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario