Tiempos aciagos

 

Víctor Hugo Prado

Vaya escenarios tendrá que afrontar la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, en el arranque de su mandato de gobierno el primero de octubre. El paro en el Poder Judicial de la Federación en protesta por la iniciativa presidencial para cambiar jueces, magistrados y ministros y, someter esos puestos a votación popular, será sin duda uno de ellos. Se prevé que el paro genere, digamos sume, retrasos, caos y confusión en los procesos judiciales de por sí lentos, caóticos y confusos para los ciudadanos de a pie a tierra. A ello habrá que sumar las dificultades de una elección de integrantes del Poder Judicial, en una reforma impuesta y que le dejarán como herencia al nuevo gobierno.

Otro de los grandes problemas será el de la inseguridad desbordada que demuestra que la política de “abrazos, no balazos” fue un fracaso absoluto. Así lo dejan ver los casi doscientos mil asesinatos en el país, superando todas las marcas de gobiernos pasados. Es cierto, no hubo guerra, porque para ello se necesitan dos; hubo un solo frente, dejado en un libre actuar, haciendo y deshaciendo en muchas comunidades y regiones del país: despojos, cobros de piso, extorsiones, secuestros, venganzas, control de los territorios, producción y tráfico de droga y lo que le sigue.

En materia de economía, los estudiosos de ésta afirman con datos recientes que se viene una desaceleración económica y de la inversión para esta segunda mitad del año y el comienzo del siguiente, lo que puede afectar no solo a la economía de los capitales privados sino las finanzas públicas. El resultado de la elección en Estados Unidos que se llevará a cabo es otro nubarrón que puede desencadenar en torrenciales tormentas que pueden inundar la relación México-Estados Unidos, trato suavizado si llegara a ganar la demócrata Kamala Harris.

Los nuevos proyectos que impulsará la Presidenta electa, como la continuidad y ampliación de los programas sociales, la construcción de distintas rutas de trenes de carga y pasaje, el fortalecimiento y generación de polos de desarrollo, pueden pasar a segundo plano. Porque la atención se volcará, si llegara a pasar la reforma judicial, a elegir a quienes integrarán el poder judicial; elegir candidatos a jueces, magistrados y ministros va a desencadenar una lucha de todos contra todos, donde la presidenta será la réferi con el riesgo de ser rebasada por el canibalismo que se desatara entre los grupos de Morena y afines. Tiempos aciagos y turbulentos esperan en un país que por primera vez en la historia tendrá una presidenta con a.