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jueves, 29 de agosto de 2024

La edición cien de la reina de Zapotlán


 

Fernando G. Castolo*



El docto historiador don Esteban Cibrián Guzmán, en su interesante libro "Origen de la Feria de Zapotlán el Grande" (1973), ventila dentro del Capítulo Séptimo, referente a "Eventos Profanos", su versión sobre el origen de elegir, de entre las damas más bellas de la localidad, a una reina para engalanar las fiestas patrias del año de 1924, atendiendo una exhortación del medio periodístico nacional "El Excélsior", en que se eligiera a una reina, para engalanar los actos patrióticos en todos los pueblos de México, a fin de darle mayor esplendor a la ceremonia del Grito de Independencia.




Antes de proseguir haremos un paréntesis para comentar que desde 1914, año en que arriban las tropas carrancistas a la ciudad, se suspendieron los tradicionales carros alegóricos, motivando una gran merma en las divisas locales que se generaban por este ancestral atractivo, motivo por el que recurría mucha gente de diversas latitudes. Entonces, la llamada Junta Patriótica estaba ansiosa de implementar atractivos en las fiestas patrias a fin de incentivar el movimiento comercial, industrial y mercantil. De ahí, que la idea ventilada por el diario nacional fuera bien recibida en Ciudad Guzmán.

Bien, prosigamos. Al momento la Junta Patriótica pone manos a la obra y exhortan a distinguidas familias, donde se sabía había gentiles damas, para que les permitan concursar en esta primera edición. Por desgracia, y por la cerrada sociedad de la época, solamente una dama accedió a participar, convirtiéndose en candidata única y, por consiguiente, en la primera Reina de Zapotlán: la señorita Luz Medina Guerra.






El ejercicio fue todo un éxito y, entonces, se pensó en que, a falta de alegorías en octubre, mes que tradicionalmente ha movilizado masas en la ciudad, entonces se implementara un concurso de belleza justamente en octubre, a fin de ensalzar los atractivos y las diversiones ocurridas en el marco de las solemnidades religiosas.

A partir de 1925 se lanza una convocatoria formal para la elección de la Reina de la Feria. En aquel año, por cierto, fueron dos las candidatas, respaldadas por clubes locales, las que concursaron. Al final y después de la elección, mediante el voto popular, resultó triunfadora la señorita Ernestina Ochoa, quien se convirtió en la Primera Reina de la Feria Zapotlán. Su princesa, igualmente la primera en la historia, fue la señorita Josefina González Ochoa, perteneciente a la familia propietaria de la prestigiada Casa Comercial "La Central" (hoy "La Casa Rayada").

La elección de Reina se volvió un atractivo tan popular y exitoso entre la sociedad, que muy pronto eran los propios clubes los que organizaban sus propios bailes de coronación, con gran éxito por cierto. Son muy recordados los famosos bailes de "blanco y negro", efectuados en el lobby del Hotel "Flamingos", donde se llevaba a cabo la coronación de la Reina de la Cruz Roja, por ejemplo, marco que se aprovechaba para realizar importantes recaudaciones para la institución de beneficencia.






La historia de las Reinas de la Feria de Zapotlán ha cautivado cada año a la comunidad guzmanense. Fueron muchas las ediciones en que la elección se hacía de acuerdo a lo que recababan en lo económico las concursantes, dinero con el que, por ejemplo, se construyó el complejo de la feria, con su Casino, su Lienzo Charro y sus espacios para exposiciones comerciales y ganaderas.

Hoy en día, y de unos años para acá, la elección se efectúa mediante un jurado que observa las cualidades de las bellas damas, sometiéndolas previamente a una exhaustiva preparación, física, mental e intelectual, con la finalidad de que demuestren su desenvolvimiento en foros públicos, en los cuales buscarán sensibilizar el apoyo para las causas sociales de la localidad.

Todavía hace falta escribir esta maravillosa historia con que se engalana la Feria de Zapotlán; mientras tanto, una joya aguarda para adornar las sienes de la belleza local, de nuestra próxima soberana Reina de la Feria Zapotlán, en su edición número cien.


*Historiador e investigador.




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