Nuestros recursos humanos bajo el mando de nuestra
voluntad no eran suficientes, fallaban completamente . . . Cada
día es un día en el que tenemos que llevar la visión de la
voluntad de Dios a todos nuestros actos.
ALCOHÓLICOS
ANÓNIMOS, Capítulo 4 - Nosotros los Agnósticos y Capítulo 6 - En
Acción: pp. (42 y 79), (45 y 85) o (50 y 93)
Yo oigo
hablar del alcohólico "sin fuerza de voluntad", pero yo
soy una de las personas con más fuerza de voluntad de la
tierra. Ahora sé que mi increíble fuerza de voluntad no es
suficiente para salvar mi vida. Mi problema no es asunto de
"fuerza de voluntad" sino de dirección. Cuando yo, sin
minimizarme falsamente, acepto mis verdaderas limitaciones y
recurro a Dios para que me dé su orientación, entonces mis
peores faltas se convierten en mis mejores ventajas. Mi fuerte
voluntad, correctamente dirigida, me hace seguir trabajando hasta
que las promesas del programa se convierten en mi realidad
cotidiana.
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