Pedro Vargas Avalos
El pasado dos de junio, la ciudadanía mexicana emitió un sufragio avasallador, que implica un mandato categórico: tendremos Presidenta de la República -la primera en nuestra historia como nación independiente- y ella deberá implementar reformas e innovaciones, dentro del perfil delineado por la llamada Cuarta Transformación ( la 4T surgida en 2018, tras el triunfo electoral de Andrés Manuel López Obrador, Amlo), que a su vez, bajo la guía de Claudia Sheinbaum, se denominará como Segundo Piso de aquella.
Las tres transformaciones que han modelado la identidad y estructura social de nuestra Patria, son la Independencia, la Reforma y la Revolución. Por ello la que emergió con el gobierno de Amlo, se tituló Cuarta Transformación y su segunda etapa, es referida como Segundo Piso de la 4T.
A la fecha, a Claudia Sheinbaum
(CS), se le conoce como “presidenta virtual”, -o sea
potencialmente, que reúne todos los requisitos para en su momento
asumir ese cargo- pues será presidenta electa, cuando se califique
como legal la elección presidencial y se le entregue el documento
correspondiente por el Tribunal Federal Electoral, lo cual debe
suceder a finales de agosto o, a más tardar, a principios de
septiembre. A partir del uno de octubre venidero, se convertirá en
Presidenta de los Estados Unidos Mexicanos.
Importantísimo
resulta entonces, el hecho de que en 200 años (a partir de 1824 en
que tomó posesión el primer mandatario nacional, Guadalupe
Victoria) de vida política, los mexicanos tengamos la primera mujer
titular del poder ejecutivo federal. Trascendente es que su arribo al
poder sea con una legitimidad purísima, avalada por casi 36 millones
de votos, suma que es superior a la obtenida por Amlo el uno de julio
de 2018. Es óptimo que CS, sea una científica: doctora en
ingeniería ambiental (1993-1995) con maestría en ingeniería de la
energía (1990-1992) y emanada de la UNAM con el grado de
licenciatura en física (1984-1989). Por si eso fuera poco, además
de catedrática en su alma máter, fue miembro del Panel
Intergubernamental de Cambio Climático que en 2007 obtuvo el Premio
Nobel de la Paz. Consiguientemente es singular experta en cambio
climático. Empero, no solo tiene esa preparación, siempre participó
en luchas estudiantiles, su pensamiento social es de avanzada y tiene
experiencia en cargos públicos, con excelentes logros: en 2000-2006,
Secretaria de Medio Ambiente del Distrito Federal, siendo Jefe de
Gobierno Amlo; Jefa delegacional de Tlalpan de 2015 a 2017 y Jefa de
Gobierno de la Ciudad de México (2018-2023).
Triunfante del
proceso selectivo para llegar a ser candidata presidencial, dentro de
su partido político Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y la
alianza con los Partidos, del Trabajo -PT- y el Verde Ecologista
Mexicano (PVEM), coalición que compitió con el lema “Sigamos
Haciendo Historia”, fue rotunda triunfadora de los comicios
realizados el reciente 2 de junio, alcanzando lo que parecía
imposible: la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, y por
definirse la de senadores, pues de 32 Entidades que componen a la
Republica, su alianza conquistó 30 y obtuvo dos primeras minorías
en los dos Estados restantes. Cuando distribuyan las autoridades
electorales los senadores de representación proporcional, se sabrá
si alcanzó la mayoría calificada, pero en todo caso casi la
tendrá.
En tres jueves sucesivos, el más reciente el 4 de
este mes de julio, CS ha presentado a los personajes que ocuparán
los primeros cargos de su futuro Gabinete. En ellos predomina el
conocimiento más que la política o la ideología, aunque desde
luego deben tener grandes coincidencias con la virtual presidenta,
especialmente con lo que son sus mandamientos, adquiridos de Amlo:
“No mentir, no robar y no traicionar al pueblo”, todos ellos
entrelazados al enunciado “Por el bien de todos, primero los
pobres”. Sin embargo, por las características de cada uno de esos
individuos, resultó innovadora: Julio Berdegué, Secretario de
Agricultura es de notable capacidad en ese rubro; Rosaura Ruiz,
cabeza de la nueva Secretaría de Ciencia, es semejante a Sheinbaum,
una reconocida científica; David Kershenobich, en la Secretaría de
Salud, es todo un hito por su calidad de investigador de las ciencias
médicas; Rogelio Ramírez de la O, actual Secretario de Hacienda y
Crédito Público, continuará en su posición, dando tranquilidad a
la economía.
Están designados, colaboradores que CS aprecia:
Rosa Icela Rodríguez, aún secretaria de seguridad pública federal,
será quien dirija la Secretaría de Gobernación; Edna Elena Vega -
Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano- es una
socióloga muy cercana a Sheinbaum; Omar García Harfuch - Secretaría
de Seguridad y Protección Ciudadana- fue su brazo derecho en tal
área en la jefatura de gobierno; Jesús Antonio Esteva Medina -
Secretaría de Comunicaciones y Transportes- tiene largo trecho en
tal materia en la ciudad de México; Luz Elena González será
Secretaría de Energía, y como los anteriores tiene gran relación
con CS. En este conjunto se ubica Ernestina Godoy, exfiscal de la
ciudad de México y ahora Consejera jurídica de la Presidencia.
En
otro círculo, encontramos funcionarios que han dado grandes
resultados: Marcelo Ebrard, en Economía, donde se espera realice
enorme tarea, sobre todo ahora que se avecina la revisión del
Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, T-MEC. De
impactantes logros en el sexenio lopezobradorista, es la matemática
y economista Raquel Buenrostro, quien ocupará la Secretaría de la
Función Pública. La todavía secretaria de Relaciones Exteriores,
Alicia Bárcena – volverá a su origen: ecologista y guiará la
Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. El sucesor de la
anterior es el muy respetado exrector de la UNAM Juan Ramón de la
Fuente, quien, de embajador de México en la ONU, ahora pasará a
Secretario de Relaciones Exteriores. Un exitoso dirigente de Morena,
Mario Delgado, se encargará de la difícil Secretaría de Educación.
Finalmente, Ariadna Montiel Reyes repite en la Secretaría del
Bienestar.
Si en la selección de colaboradores, CS acreditó
ser innovadora, en su papel de reformista es sobresaliente. En
campaña se comprometió con las mujeres de 60 a 64 años de edad,
para darles su pensión -la mitad del monto que recibe la tercera
edad-, así como a los niños que estudian la escuela básica en
instituciones públicas; también consideró a las colectividades
étnicas, es decir los pueblos originarios o de ascendencia
afroamericana a efecto de protegerlos y para que gocen todos sus
derechos. Luego abrazó la causa del magisterio y echará abajo los
candados que la ley del ISSTE incorporó en la etapa neoliberal y que
acongoja a los maestros, particularmente en sus pensiones: podrán
recibirlas (a cualquier edad) al cumplir 30 o 28 años de servicio,
hombres o mujeres respectivamente, además de ser su salario
completo.
Un aspecto complejo, la reforma judicial, la asumió
como propia y ha manifestado que deberá salir lo más pronto
posible, quizás en septiembre, postrer mes de la administración de
Amlo. Además, incorporó algo que por contubernio de priistas y
panistas se había relegado, echado al olvido: la no reelección,
principio básico de la revolución maderista de 1910.
De las
iniciales reformas, no creemos que haya mayor impugnación. Los
opositores al gobierno, ni tienen poder para detenerlas ni razón
para contrariarlas. En donde si van a gritar y repelar, es en las
otras dos (por lo pronto, porque el paquete que Amlo presentó el 5
de febrero de este 2024, es amplio y ya vendrá su integral
discusión) que son la judicial y la política electoral. Sobre la
primera, CS reiteradamente ha manifestado que está de acuerdo:
“Ustedes conocen nuestra posición respecto a la elección de
jueces, magistrados, ministros, la hablamos en la campaña, la
pusimos a votación en las plazas”, y “Mi opinión es que deben
elegirse”. (El País, 13-junio 2024). Así es que no hay vuelta de
hoja, y tendremos pronto un poder judicial transformado.
Algo
parecido podemos afirmar sobre la no reelección. En 2014 se revocó
y los políticos sin ideología se frotaron las manos. Pero la firme
voluntad de CS recuperará el principio que detonó la revolución
mexicana en 1910.Aunque se aprobará, tardará algo en sentirse,
porque por ahora rige esa contrarreforma de poder reelegirse. Para
2030 será realidad el espíritu maderista, completamente resucitado:
Sufragio efectivo. No Reelección. No cabe duda. Claudia Sheinbaum,
es por ahora presidenta virtual, pero será a partir del uno de
octubre próximo, mandataria innovadora y reformista, para bien de la
república y beneficio de todos los mexicanos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario