Mientras
insistiéramos en poner en primer lugar nuestra propia independencia,
la verdadera dependencia de un Poder Superior era totalmente
impensable. Nos faltaba el ingrediente básico de toda humildad, el
deseo de conocer y hacer la voluntad de Dios.
— Doce
Pasos y Doce Tradiciones, p. 69
Cuando recién llegué a
A.A. yo quería encontrar algo de esa elusiva cualidad llamada
humildad. No me daba cuenta de que estaba buscando la humildad porque
creía que ésta me ayudaría a lograr lo que yo quería, y que yo
haría cualquier cosa por otros si creía que Dios me compensaría
por ello. Ahora trato de recordar que la gente que encuentro en el
transcurso de mi día está tan cerca de Dios como yo voy a estar
mientras esté en esta tierra.
Tengo que rezar para saber cuál
es la voluntad de Dios hoy, y ver cómo puede ayudar a otra gente mi
experiencia de esperanza y dolor; si puedo hacer esto, no tengo que
buscar la humildad, ella me ha encontrado.
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