Víctor Hugo Prado
La educación media superior en México, también conocida como bachillerato, es fundamental para el desarrollo personal y social de los jóvenes y para el progreso económico y cultural del país. Las razones clave de su importancia, las presentaré señalando algunos puntos que los expertos y su sentido práctico le otorgan:
Prepara para la Educación Superior, convirtiéndola en un puente esencial hacia la educación universitaria. Proporcionando a los estudiantes las bases académicas necesarias para continuar con estudios más especializados y avanzados; permite el desarrollo de habilidades, pues es en este nivel educativo, donde los estudiantes desarrollan habilidades críticas, analíticas y prácticas que son fundamentales tanto para la vida diaria como para el ámbito laboral; desarrollan competencias en matemáticas, ciencias, humanidades, tecnología y habilidades socioemocionales, con lo que se habilitan las habilidades analíticas.
La
educación media superior permite la reducción de desigualdades y en
particular, contribuye a brindar a los jóvenes de diferentes
contextos socioeconómicos la oportunidad de obtener una educación
de calidad, lo cual mejora sus perspectivas laborales y su calidad de
vida; fomenta la ciudadanía activa, en la medida que promueve
valores democráticos, participación ciudadana y conciencia social,
formando ciudadanos informados y comprometidos con su comunidad y su
país; genera un enorme impacto económico, toda vez que, una
población con mayor nivel educativo está mejor preparada para
contribuir a la economía del país. Mejora la empleabilidad de los
jóvenes y su capacidad para adaptarse a las demandas del mercado
laboral en constante cambio.
No
por nada, quienes nos dedicamos a la educación tenemos una gran
responsabilidad de mejorar las prácticas educativas que deriven en
mejores aprendizajes, de calidad y significativos. Que la escuela sea
un entorno de aprendizajes relevantes, alentar su estudio, reducir
tasas de abandono escolar y mejorar la eficiencia terminal, que
deberá tener efectos positivos en muchos aspectos de la vida social
entre las que se encuentran la cohesión social y la seguridad
pública.
Los
nuevos gobiernos, federal y estatal, deberán establecer entre sus
prioridades el reforzamiento de los aprendizajes, fortalecer la
política docente integral que revise las condiciones de trabajo, el
salario, la carrera docente, su actualización y la incorporación a
herramientas para la enseñanza entre las que se incluye la
inteligencia artificial. Además, deberá invertirse más en
educación para mejorar la infraestructura, el equipamiento y los
recursos de enseñanza que posibiliten interacciones educativas de
calidad.
La apuesta deberá dirigirse al desarrollo
individual de los jóvenes, con ello, el crecimiento económico, la
equidad social y la construcción de una ciudadanía responsable y
participativa.
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