“Creador mío, estoy dispuesto a
que tomes todo lo que soy, bueno y malo”.
—
Alcohólicos Anónimos, p. 76
La alegría de la vida está
en dar. Ser liberado de mis defectos, para poder ser servicial más
libremente, permite que crezca en mí la humildad. Mis defectos
pueden ser humildemente puestos bajo el amoroso cuidado de Dios y ser
eliminados.
La esencia del Paso Siete es la humildad y
qué mejor manera de buscarla que dar todo lo que soy —bueno y
malo— a Dios, para que Él pueda liberarme de lo malo y devolverme
lo bueno.
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