En
el Séptimo Paso efectuamos el cambio de actitud que nos permite,
guiados por la humildad, salir de nosotros mismos hacia los demás y
hacia Dios.
— DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 73
Cuando
finalmente le pedí a Dios que me liberase de esas cosas que me
estaban apartando de Él y de la luz solar del espíritu, me embarqué
en el viaje más glorioso que me hubiera podido imaginar. Experimenté
una liberación de aquellas características que me tenían envuelto
en mí mismo. Debido a este Paso de humildad, hoy me siento
limpio.
Estoy especialmente consciente de este Paso
porque ahora puedo ser útil a Dios y a mis compañeros. Sé que Él
me ha concedido la fortaleza para hacer Su voluntad y me ha preparado
para cualquier persona o cosa que se me presente hoy en mi camino.
Verdaderamente estoy en Sus manos, y doy gracias por la alegría de
poder ser útil hoy.
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