Muchos de los que nos habíamos considerado religiosos, nos dimos repentina cuenta de lo limitada que era esta actitud. Al negarnos a colocar a Dios en primer lugar, nos habíamos privado de Su ayuda.
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Doce Pasos y Doce Tradiciones, p. 72
Muchas falsas
concepciones operan en el falso orgullo. La necesidad de dirección
para vivir una vida decente se satisface con la esperanza
experimentada en la Comunidad de A.A. Aquellos que han seguido el
camino por años —un día a la vez— dicen que la vida centrada en
Dios tiene posibilidades ilimitadas para el desarrollo personal. Al
ser esto así, los veteranos en A.A. transmiten mucha esperanza.
Doy gracias a mi Poder Superior por hacerme saber que Él
obra por medio de otra gente, y le agradezco por nuestros servidores
de confianza en la Comunidad quienes ayudan a los nuevos miembros a
rechazar sus falsos ideales y adoptar aquellos que los guían hacia
una vida de compasión y de confianza. Los veteranos de A.A. animan a
los recién llegados a “despertarse” — para que puedan “llegar
a creer”.
Le pido a mi Poder Superior que me ayude a
vencer mi falta de creencia.
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