Salvador Encarnación
La pérdida electoral de Xóchitl Gálvez no
fue noticia. Desde el inicio la acompañó el tufo de la derrota. Quizá por ahí
unos destellos triunfalistas en los primeros días y no más. Las encuestas
notificaron, a diestra y siniestra, su parálisis política causada por sus
yerros de imagen y comunicación. Veinte puntos, en promedio, la separaron
siempre de la puntera que se agrandaron el 2 de junio a más de treinta y la
dejaron fuera de la silla presidencial. “Paliza” la calificó un comentarista de
televisión.
Yerros
de todo tipo acompañaron a la señora Gálvez que denotaron, en conjunto, una novatez
imperdonable. Los tres partidos coaligados, PRI, PAN y PRD, con el lema “Fuerza
y corazón por México”, los más viejos en la política mexicana, estuvieron
explicando, cada paso de Gálvez Ruiz; y eso no es posible. Hasta la caída de
una silla padeció la ahora excandidata. Y los chicles, sus bailes, su risa
nerviosa, el teleprónter, el escudo nacional de cabeza… Pero quizá el yerro más imprudente fue el
colocar, en primer lugar, a los representantes de la vieja política: Alejandro
Moreno (PRI), Marko Cortés (PAN) y Jesús Zambrano (PRD), como candidato a
senadores plurinominales.
La
“paliza” fue la verdadera noticia. Para disimularla, contenerla, disminuirla o
lo que sea, salió Xóchitl minutos después de cerradas las casillas a proclamar
su triunfo vía televisión. Nadie le creyó a pesar de la alegría que desbordaban
los rostros de sus acompañantes. “Está claro que ya ganamos”, fueron las
palabras contundentes que desbordaron los: ¡Presidenta! ¡Presidenta!
Ya de noche, ante la tardanza del INE para notificar los resultados del PREP, Xóchitl (otra vez) anunció en su cuenta de X: “Quieren que te vayas a dormir creyendo que te ganaron. Mienten como siempre”. ¿Cómo siempre? Ella, la defensora del INE, ahora le atesta un golpe. Se toca o no se toca el INE, es la pregunta. ¿O por quién sí y por quién no? Por fin, Guadalupe Taddei, la presidenta del INE, dio los resultados en rangos, que enfriaron las gargantas xochiltecas: Claudia, 58.3 al 60.7 %. Xóchitl, del 26.6 al 28.6 % y Jorge del 9.9 al 10.8 %, de los votos emitidos.
El
clamor de 2006, “Voto por voto. Casilla por casilla”, que hizo caso omiso el
IFE (1990—2014) bajo el gobierno de Vicente Fox (éste sumado confeso —desde
entonces— contra López Obrador), ahora en 2024, ese clamor ya Constitucional,
es invocado, a la mala, por la Coalición “Fuerza y corazón…” El otrora amado
INE salió en defensa propia; los organizadores de la Marea Rosa (sociedad civil
sólo para ellos) lo estaban agrediendo. Xóchitl (otra vez), amagó con impugnar
la elección.
El recuento, a decir por Martín Faz, consejero
del INE, están dando “una solidez técnica”, comparados con los resultados del
PREP. Es jueves a la hora de escribir estas líneas y con el 99.7% de actas
computadas en el INE, los resultados son los siguientes: Claudia 59.7%, Xóchitl
27.4% y Jorge 10.3%. En conferencia de prensa, el senador Ricardo Monreal por
MORENA, también notificó los resultados. Él cerró con la siguiente frase:
“Ganamos. Y ganamos a la buena”.
Toda democracia es perfectible. Un punto a analizar es el propagar o emitir datos falsos. Eso engaña al electorado. Y los candidatos y sus allegados los emiten sin misericordia. Obligarlos a comprobar en un periodo corto, quizá 72 horas o dentro del periodo de campañas, cuando más.
Para sumar los 35 millones de votos se
necesitó que ciudadanos de todos los estratos sociales apoyaran a Claudia. La
coalición “Fuerza y corazón por México” tendrá que hacer una profunda revisión
y aprender de su derrota. Y no como hasta ahora lo han hecho: culpando al
otro.
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