Brasil Acosta Peña*
El
pasado domingo 2 de junio se celebraron en México las elecciones para la
presidencia de la República, para ocho gubernaturas, alcaldías, diputaciones
federales y locales. Se eligieron “20.375 cargos, de los cuales 19.746 fueron
locales y 629 federales, incluida la presidencia” (CNN, 01.06.24). Hablemos
primero de la participación ciudadana: la lista nominal de las casillas
aprobadas era de 98 millones 468 mil 976. El total de votos fue de 56 millones
107 mil 873, lo cual representa una participación ciudadana del 57%, que para
algunos es alta. Ahora bien, en el PREP 2024 del INE, es decir, en el programa
de resultados preliminares, aparece una participación del 61%, pero ello se
debe a que sólo se consideran 92 millones 92 mil 843 de personas que corresponden
a la lista nominal de las casillas con actas contabilizadas, es decir, eliminan
por esa vía a cerca de 6 millones de ciudadanos, por ello creo que el dato
correcto es el de 57%.
En
otras palabras, el pueblo de México y su voluntad se restringió a sus intereses
inmediatos, a sus demandas economicistas, eso fue lo que avalaron, que les
sigan dando dinero y no el proyecto de nación de la 4T
Los
resultados electorales fueron los siguientes para la presidencia de la
República: 33 millones 226 mil 602 votos para Claudia Sheinbaum Pardo postulada
por los partidos Morena, Verde y PT, lo cual representa el 59% de la votación
total emitida, pero sólo el 34% si consideramos la lista nominal de las
casillas aprobadas; por su parte, Xóchitl Gálvez Ruíz, postulada por el PRI, el
PAN y el PRD, obtuvo 15 millones 534 mil 168 votos, lo cual representa el 28%
del total de votos emitidos, pero sólo 16% de la lista nominal de las casillas
aprobadas y, finalmente, Jorge Álvarez Máynez obtuvo 5 millones 832 mil 105 votos,
que representa el 10.4% del total de los votos emitidos, pero sólo el 6% de la
lista nominal de las casillas aprobadas.
Como
se ve, aunque entre los votantes que fueron a las casillas, la actual
presidenta electa, Claudia Sheinbaum, obtiene casi el 60% de la votación, no
obstante, los votos obtenidos apenas representan un tercio de la población que
está en capacidad de votar, 34%, de lo cual se deduce, en principio, que no
tiene la voluntad popular de su lado, como dicen.
La
elección que vivimos es una elección de Estado, pues se utilizó el poder
ejecutivo para promover a los candidatos de Morena. El propio presidente de la
República usó sus mañaneras para promocionar a Claudia y a los candidatos de
Morena; no se nos olviden los espectaculares con la figura de Claudia en todo
el país pagados con nuestros impuestos; no olvidemos los 20 mil siervos de la
nación, que nos han costado 3 mil 259 millones de pesos anuales , que le
dijeron a la gente por todos lados: hay muchas evidencias, que voten por Morena
o van a perder sus programas sociales, su dinero, su tarjetita. La oposición,
también acostumbrada a usar recursos públicos o repartir dinero, como ahora lo
hace Morena, no puede competir contra el presupuesto federal puesto
descaradamente al servicio del ahora partido gobernante.
Hay
que señalar que no se trata de un referéndum a favor de la labor del
presidente, como dice AMLO. Lo que la gente que votó por Claudia aprobó no fue
la violencia, el mal sistema de salud, el desastre que hay en el sistema educativo,
etc., aprobó que le sigan dando su dinerito en su tarjeta del bienestar, eso es
lo que aprobó. En otras palabras, el pueblo de México y su voluntad se
restringió a sus intereses inmediatos, a sus demandas economicistas, eso fue lo
que avalaron, que les sigan dando dinero y no el proyecto de nación de la 4T
que, como se puede ver con facilidad, es un desastre. El pueblo mexicano volteó
a ver al árbol y perdió de vista el bosque, por eso, mientras en su pequeña
parcela, aunque no le esté yendo bien, pero tenga un pequeño alivio en
efectivo, como sucede con los programas de AMLO y le dicen que eso va a seguir
si gana Claudia, entonces, esa es una explicación del porqué la gente votó por
Claudia. Lo que no sabe la gente es que la minita de oro del gobierno se está
acabando, por ello nos endeudamos, pese a que dijeron que no lo harían.
Si
a esto agregamos la presencia del crimen organizado que puede operar en el país
con total impunidad, gracias a la política de “abrazos, no balazos”, se
documentó su operación matando candidatos “no afines”, incluso, en plenos
mítines, recordándome la muerte de Luis Carlos Galán, candidato a la
presidencia de Colombia y Luis Donaldo Colosio; se supo por las noticias que
hubo candidatos impuestos por el crimen u otros amenazados para que
renunciaran. Esto forma parte de la elección de Estado, pues el Estado les
permitió operar impunemente.
Finalmente,
contrario a lo que dice el presidente López Obrador, el pueblo no está maduro,
no está preparado, no está politizado. Nuestro pueblo, lamentablemente, está
manipulado por los poderosos. Su nivel educativo sigue siendo bajo: “en México,
los habitantes de 15 años y más tienen 9.7 grados de escolaridad en promedio,
lo que significa un poco más de la secundaria concluida.” (Inegi). Otra forma
de manipulación es el uso del teléfono celular y las redes: el Inegi registró
que “93.8 millones de personas (son) usuarias de teléfono celular”, 80% de los
mexicanos utilizan redes sociales (Gaceta de la UNAM) y “resulta que los
adolescentes pasan un promedio de ocho horas y media frente a las pantallas por
día, y los preadolescentes no se quedan atrás, con cinco horas y media
diarias.” (El Sol de México, octubre de 2023). “Al día, en promedio, las
personas interactúan en un dispositivo digital cerca de 6 horas, lo que
significa que en ese lapso y en dichos medios se dejan datos de comportamiento,
señaló el director general de Bambú Mobile, Alonso Santiago Tinajero.” (El Sol
de México, mayo de 2024). ¿Y qué tanto se ve en la pantalla en tanto tiempo?
Nada importante: cosas que manipulan. Así, al mexicano le falta consciencia
social, cultura general y cultura política, por ello, los mexicanos aún ven
para su propio interés inmediato y pierden de vista que pueden construir una
sociedad común más justa, más desarrollada y mejor para todos. Para ello, debe
fortalecerse el instrumento que tiene que llevarle al pueblo la consciencia y
ese instrumento es la organización de revolucionarios antorchistas que llegue a
todos los rincones de la patria, abra los ojos al pueblo, tome en sus manos las
riendas del cambio y del progreso y, de una vez por todas, ponga orden y cambie
el modelo económico por uno que realmente piense en el pueblo trabajador que
labora muchas horas, pero recibe muy poco de la riqueza que produce.
Por
eso las cosas deben cambiar, para que el pueblo, real y verdaderamente
construya su destino y ejerza su voluntad. Que no suceda que en su nombre se
hagan atrocidades y sigamos sufriendo las calamidades de un régimen que quiere
instaurarse como dictadura. A seguir formando la organización de
revolucionarios antorchistas que eduquen al pueblo para la toma del poder
político de México y, repito, ahora sí se haga la voluntad del pueblo educado y
organizado.
*Diputado
Federal Antorchista.
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