Es un
plan de vida que funciona cuando las cosas se ponen duras.
—
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 15
Cuando
llegué a A.A. me di cuenta de que A.A. funcionaba maravillosamente para
ayudarme a mantenerme sobrio. Pero, ¿podría dar resultados con problemas de la
vida real que no conciernan a la bebida? Yo tenía mis dudas. Después de haber
estado sobrio por más de dos años recibí la respuesta. Perdí mi trabajo, tuve
problemas físicos, mi padre —enfermo de diabetes— perdió una pierna y alguien a
quien yo amaba me dejó por otro; y todo esto en un plazo de dos semanas. La
realidad me golpeó; sin embargo, A.A. estuvo allí para apoyarme, consolarme y
fortalecerme. Los principios que había aprendido durante mis primeros días de sobriedad,
se convirtieron en la ayuda principal de mi vida porque, no solamente pude
sobrellevar mis dificultades, sino que nunca dejé de estar en disposición de
ayudar a los recién llegados. A.A. me enseñó a no darme por vencido y a aceptar
y entender mi vida como quiera que se desarrolle.
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