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domingo, 12 de mayo de 2024

Una ciudad en luto


 

Fernando G. Castolo.

   

El 23 de septiembre de 1935 la ciudad se puso de luto y salió a las calles para concentrarse en la Parroquia de Zapotlán y, de ahí, acompañar la dolorosa procesión póstuma de uno de sus pastores más queridos.



Don José Toribio Aurelio de la Garza Cantú, nació el 24 de agosto de 1871 en la ciudad de Monterrey, Nuevo León; hijo de don Toribio de la Garza Cantú y doña María Isaac de Jesús Cantú Quiroga.


Llegó a Ciudad Guzmán, en calidad de Cura propio, el 5 de diciembre de 1917. Tocó a él los escabrosos tiempos de la persecución religiosa en el país. Tuvo que sortear varios conflictos con el gobierno civil y salvaguardar los intereses de la feligresía católica tan endeble por las crisis ideológicas de la época.





Fue testigo y protagonista de la guerra Cristera, y supo de los convenios que dieron fin a tan lamentable episodio nacional.


Su estadía en la parroquia ha sido de las más largas, puesto que estuvo al frente por cerca de 18 años. En la vieja postal se observa su concurrida despedida.

 



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