Fernando G. Castolo.
El 23
de septiembre de 1935 la ciudad se puso de luto y salió a las calles para
concentrarse en la Parroquia de Zapotlán y, de ahí, acompañar la dolorosa
procesión póstuma de uno de sus pastores más queridos.
Don
José Toribio Aurelio de la Garza Cantú, nació el 24 de agosto de 1871 en la
ciudad de Monterrey, Nuevo León; hijo de don Toribio de la Garza Cantú y doña
María Isaac de Jesús Cantú Quiroga.
Llegó
a Ciudad Guzmán, en calidad de Cura propio, el 5 de diciembre de 1917. Tocó a
él los escabrosos tiempos de la persecución religiosa en el país. Tuvo que
sortear varios conflictos con el gobierno civil y salvaguardar los intereses de
la feligresía católica tan endeble por las crisis ideológicas de la época.
Fue
testigo y protagonista de la guerra Cristera, y supo de los convenios que
dieron fin a tan lamentable episodio nacional.
Su
estadía en la parroquia ha sido de las más largas, puesto que estuvo al frente
por cerca de 18 años. En la vieja postal se observa su concurrida despedida.
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