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viernes, 17 de mayo de 2024

Sanar el corazón y la mente


 


 

Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos.

 


— Doce Pasos y Doce Tradiciones, p. 52

 

 

Ya que es verdad que Dios viene a mí a través de la gente, puedo ver que si mantengo a distancia a la gente, también estoy manteniendo a distancia a Dios. Dios está más cerca de mí de lo que yo crea y puedo experimentarlo a Él amando a la gente y permitiendo que la gente me ame. Pero si yo dejo que mis secretos se interpongan no puedo amar ni ser amado. El que domina es el lado mío que yo rehúso ver. Tengo que estar dispuesto a mirar mi lado oscuro a fin de sanar mi mente y mi corazón porque éste es el camino hacia la libertad. Tengo que adentrarme en las tinieblas para encontrar la luz y en el temor para encontrar la paz. Revelando mis secretos —y deshaciéndome así de la culpabilidad— puedo efectivamente cambiar mi manera de pensar; cambiando mi manera de pensar, puedo cambiarme a mí mismo.

 

Mis pensamientos crean mi futuro. Lo que piense hoy determina lo que seré mañana.




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