Admitimos
ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de
nuestros defectos.
—
Doce Pasos y Doce Tradiciones, p. 52
Ya
que es verdad que Dios viene a mí a través de la gente, puedo ver que si
mantengo a distancia a la gente, también estoy manteniendo a distancia a Dios.
Dios está más cerca de mí de lo que yo crea y puedo experimentarlo a Él amando
a la gente y permitiendo que la gente me ame. Pero si yo dejo que mis secretos
se interpongan no puedo amar ni ser amado. El que domina es el lado mío que yo
rehúso ver. Tengo que estar dispuesto a mirar mi lado oscuro a fin de sanar mi
mente y mi corazón porque éste es el camino hacia la libertad. Tengo que
adentrarme en las tinieblas para encontrar la luz y en el temor para encontrar
la paz. Revelando mis secretos —y deshaciéndome así de la culpabilidad— puedo
efectivamente cambiar mi manera de pensar; cambiando mi manera de pensar, puedo
cambiarme a mí mismo.
Mis
pensamientos crean mi futuro. Lo que piense hoy determina lo que seré mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario