Otro
gran beneficio que podemos esperar del hecho de confiar nuestros defectos a
otra persona es la humildad — una palabra que suele interpretarse mal. Para los
que hemos hecho progresos en A.A., equivale a un reconocimiento claro de lo que
somos y quiénes somos realmente, seguido de un esfuerzo sincero de llegar a ser
lo que podemos ser.
—
Doce Pasos y Doce Tradiciones, p. 55
En
mi fuero interno yo sabía que, si quería sentirme alegre, feliz y libre,
tendría que compartir mi vida pasada con otro individuo. La alegría y el alivio
que experimenté después de hacerlo es algo indescriptible. Casi inmediatamente
después de dar el Quinto Paso, me sentí libre de la esclavitud del ego y del
alcohol. Esta libertad permanece después de 36 años, un día a la vez.
Descubrí
que Dios podía hacer por mí lo que yo no podría hacer solo.
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