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domingo, 26 de mayo de 2024

Estados Unidos: el abandono a los pobres


 


 Abel Pérez Zamorano*

 

 

En el imperialismo, gracias al saqueo de los países sometidos, la clase capitalista de las grandes potencias ha podido, históricamente, arrojar a los pobres de su propio país algunas migajas de riqueza para adormecer su conciencia y atraerlos, atenuando así las contradicciones internas, como estrategia de estabilidad política. En su escrito de 1914, Carlos Marx (Breve esbozo biográfico con una exposición del marxismo), dice Lenin: “Compárese esto con los numerosos ejemplos de Marx y Engels, sacados del movimiento obrero inglés de cómo la ‘prosperidad’ industrial suscita tentativas de ‘comprar a los obreros’ y de apartarlos de la lucha; de cómo esta prosperidad en general ‘desmoraliza a los obreros’; de cómo el proletariado inglés ‘se aburguesa’, de cómo ‘la nación más burguesa de todas’ (Inglaterra) ‘parece que quisiera llegar a tener junto a la burguesía una aristocracia burguesa y un proletariado burgués’; de cómo desaparece en él la ‘energía revolucionaria’; de cómo habrá que esperar más o menos tiempo hasta que ‘los obreros ingleses se desembaracen de su aparente contaminación burguesa’; de cómo al movimiento obrero inglés le falta ‘el ardor de los cartistas’; de cómo los líderes de los obreros ingleses se transforman en un tipo intermedio ‘entre el burgués radical y el obrero’; de cómo, en virtud del monopolio de Inglaterra y mientras ese monopolio subsista, ‘no habrá nada que hacer con el obrero inglés’” (son varias citas tomadas por Lenin de diferentes escritos de Marx).




Aquella caracterización fue válida después para Estados Unidos, nueva cabeza del imperio que, con el fruto de sus rapiñas en todo el orbe, pudo dar migajas a sus trabajadores y clases medias, comprando así su apoyo, o al menos su tolerancia, y para tener jóvenes con entusiasmo de enrolarse en el ejército y pelear por el imperio. Aquel esquema se afianzó en la posguerra y contribuyó a crear una sociedad relativamente estable, satisfecha en alguna medida y hasta cierto punto fiel a su gobierno. Pero aquello empezó a descomponerse y, como catalizador, influyó la caída de la Unión Soviética: se desataron los demonios de la acumulación, del ansia de alguna manera contenida mientras aquel contrapeso existió.


Dice El Viejo Topo (27 de septiembre de 2022): “Desde mediados de la década de 1970, los responsables políticos de Estados Unidos han aplicado políticas económicas neoliberales: desregulación financiera, austeridad, recortes fiscales para los ricos, ataques al trabajo y deslocalización del mismo (…) En lugar de resolver los graves problemas estructurales que afronta el capitalismo estadounidense, la FED (…) desde 2009 ha inyectado más de 40 billones de dólares en los mercados financieros, aumentando así la riqueza de la élite financiera, el proverbial ‘1%’ (…) La clase trabajadora estadounidense ha sido testigo del colapso de su nivel de vida, resultado de (…) la subcontratación de mano de obra, la austeridad, el estancamiento del crecimiento de los ingresos y el aumento de los costes de alquiler, transporte, energía, alimentos, atención médica (…) Al mismo tiempo, la riqueza de los multimillonarios estadounidenses aumentó en cerca de un billón de dólares durante la pandemia. El declive del capitalismo estadounidense está en marcha (…) la élite gobernante y sus representantes en Washington han respondido trasladando los costes de este declive a los ciudadanos, que han visto caer en picado su nivel de vida (…) al tiempo que han emprendido una política exterior astronómicamente cara y temeraria…”.





            Sintiéndose dueño de la situación, el gobierno redujo el gasto destinado a la población de bajos recursos, escamoteándole servicios que otrora fueron derechos. Veamos algunos indicadores. En la vivienda. “Estados Unidos marcó un récord de personas sin hogar en 2023. El aumento de homeless se vincula con el fin de ayuda gubernamental y el aumento de costos de vivienda en el país. Estados Unidos reportó un incremento del 12% en personas sin hogar (homeless) durante el último año (…) la transición de una situación con vivienda a una sin ella se está acelerando” (Infobae, 16 de diciembre de 2023). El año pasado había 653 mil homeless, la cifra más alta desde que se empezaron a contabilizar estos datos en 2007 (Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbanos).


En la educación. Ante el escaso apoyo gubernamental, el alto costo de las colegiaturas y los bajos ingresos familiares, muchos estudiantes recurren a créditos: “La deuda estudiantil es enorme (en la actualidad, alrededor de USD 1.5 billones (en 2004) era de doscientos cincuenta mil millones de dólares). Los préstamos educativos representan el segundo segmento más importante del endeudamiento de los hogares (…) Cerca de 42 millones de estadounidenses (uno de cada ocho) tienen deudas estudiantiles (…) El crédito promedio anual obtenido por los padres se ha más que triplicado en los últimos 25 años (…) en 2014 el 8.8% de los padres prestatarios que iniciaron la amortización de su último préstamo tenía un endeudamiento superior a los USD 100 mil en comparación con un 0.4% en 2000 (…) entre 2000 y 2011 casi se cuadriplicó (a más de 900 mil personas) la cantidad de prestatarios que salieron de instituciones con fines de lucro” (brookings.edu, 28 de enero de 2020).





En la salud. The Commonwealth Fund, grupo independiente de investigación con sede en Nueva York, publicó el año pasado un estudio comparativo de Estados Unidos con datos de organizaciones internacionales, y encontró que, entre todos los países de altos ingresos, “Estados Unidos (…) tiene la esperanza de vida al nacer más baja y la tasa más alta de personas con múltiples enfermedades crónicas (…) la tasa más alta de muertes por causas evitables o tratables y de muertes maternas e infantiles. Los estadounidenses viven vidas más cortas y menos saludables porque nuestro sistema de salud no está funcionando como debería (…) consultan a los médicos con menos frecuencia que en la mayoría de los demás países (…) ‘No sólo es el único país que estudiamos que no posee una cobertura de salud universal’ (…) los altos costos de bolsillo hacen que casi la mitad de los adultos en edad laboral dejen de recibir la atención necesaria o la demoren. (…) tiene la tasa de obesidad más alta de los países estudiados. La esperanza de vida al nacer en 2020 era de 77 años, tres menos que el promedio de la OCDE (…) ‘invertimos menos que otros países industrializados en asuntos sociales’ (Georges Benjamin, director ejecutivo de la Asociación Estadounidense de Salud Pública)” (CNN, 31 de enero de 2023). Hay que recordar también que Estados Unidos ocupó el primer lugar en fallecimientos por Covid.


            Como era esperable, este abatimiento del nivel de vida de la población merma su respaldo al gobierno, y en general al régimen, y la lleva a percibir, así sea intuitivamente, el desinterés de éstos por el bienestar social. Ello ha derivado, por ejemplo, en protestas estudiantiles y en reacciones como la crisis de reclutamiento en el ejército: cada vez menos jóvenes desean enrolarse para luchar por una causa que perciben ajena. Así lo expresa el portal latamnews, basado en reportaje de The Wall Street Journal: “En los últimos dos años, el desinterés de los jóvenes por ingresar al Ejército ha sido más notorio. De hecho, según datos de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, 2022 ha sido el peor año de reclutamiento desde 1973; los resultados fueron 25 por ciento más bajos de lo esperado. Para este año no se espera una tendencia más positiva (…) La Marina está en una situación similar, se estima que faltará por cubrir 10 mil de las 38 mil plazas que esperaban tener (…) El desinterés de la juventud por la milicia estadounidense es notorio, tan solo el nueve por ciento de los jóvenes entre 16 y 21 años mostró interés en enlistarse. (…) ‘He estado estudiando el mercado de reclutamiento por 15 años y nunca había visto condiciones como ésta’, declaró un funcionario del Departamento de Defensa a The Wall Street Journal” (The Wall Street Journal, latamnews, 1º de julio de 2023).


            En conclusión, atendiendo a la cita de Lenin arriba expuesta, resulta claro, pues, que, víctima de su propia voracidad (y como la codicia rompe el saco), en su incontrolable afán de acumulación, el imperio quita a sus propios ciudadanos lo poco que antes les daba, perdiendo así apoyo social en su propio país y creando inconformidad. De ese modo, el imperialismo socava sus propios cimientos.

 

*Catedrático e Investigador de la Universidad Autónoma de Chapingo.

 




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