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jueves, 23 de mayo de 2024

Caminar a través del miedo


 


 

Si todavía nos aferramos a alguna cosa de la que no queremos desprendernos, le pedimos a Dios que nos ayude a tener buena voluntad para hacerlo.

 


— Alcohólicos Anónimos, p. 76

 

 

Cuando ya había dado mi Quinto Paso, me di cuenta de que todos mis defectos de carácter eran el resultado de mi necesidad de sentirme seguro y amado. Usar solamente  mi voluntad  para trabajar en ellos hubiera sido tratar obsesivamente de resolver el problema. En el Sexto Paso intensifiqué la acción que puse en los tres primeros Pasos -— meditar en el Paso diciéndolo una y otra vez, ir a reuniones, seguir las sugerencias de mi padrino, leer y buscar dentro de mí. Durante los primeros tres años de sobriedad tenía miedo de entrar sola en un ascensor. Un día decidí que debía hacer frente a este temor. Le pedí ayuda a Dios, entré al ascensor, y allí en una esquina, había una señora llorando. Me dijo que desde el fallecimiento de su esposo ella había tenido un miedo mortal de los ascensores. Yo olvidé mi temor y la conforté. Esta experiencia espiritual me ayudó a ver que la buena voluntad era la clave para practicar el resto de los Doce Pasos de la recuperación.

 

Dios ayuda a aquellos que se ayudan a sí mismos.


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