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El Lenguaje del Corazón, p. 303
Yo
tenía deseos inmensos de libertad. Primero, libertad para beber; más tarde,
liberación de la bebida. El programa de recuperación de A.A. tiene su base en
la libre elección. No hay mandatos, leyes ni mandamientos. El programa
espiritual de A.A., como se ha delineado en los Doce Pasos, y por el cual se me
ofrecen libertades aún mayores, es solamente sugerido. Yo puedo tomarlo o
dejarlo. Se ofrece el apadrinamiento, no se fuerza, y yo voy y vengo como lo
desee. Son éstas, y otras libertades, las que me permiten recobrar la dignidad,
que fue aplastada por la carga de la bebida, y que tanto se necesita para
apoyar una sobriedad duradera.
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