Pedro
Vargas Avalos
El
pasado domingo 31 de marzo se iniciaron oficialmente -al menos entre los
jaliscienses- las campañas electorales para elegir el órgano de gobierno del
municipio libre, que a nivel nacional son 2,469 -incluyendo las 16 alcaldías de
la Ciudad de México- y por lo que respecta a Jalisco, nuestra Entidad
federativa está dividida en 125 municipalidades.
Para los ciudadanos y en general los
pobladores de cada localidad regida por un ayuntamiento, -que ya anotamos, es
el órgano gubernamental de cada una- resulta de suma importancia este suceso, pues
la autoridad municipal, al menos en el papel, es el mando que está mas cercano
de los habitantes de cada comprensión.
De acuerdo con las circunstancias
políticas dominantes a la fecha en nuestro Estado, las principales fuerzas
contendientes se limitan a dos coaliciones y a un partido político. Aquellas
son la denominada “Sigamos haciendo Historia en Jalisco”, que encabeza el
partido Movimiento Regeneración Nacional -MORENA- y que se integra al mismo
tiempo con otros dos partidos de registro nacional (el verde ecologista de
México -PVEM- y el del Trabajo -PT- los cuales, además, en el caso nuestro es
secundado por dos institutos partidistas de índole estatal: Hagamos y Futuro.
Haciendo un breve recuento de los
precedentes del primer organismo antedicho, que se ponderó públicamente como un
ente dominado por el fallecido exrector de la Universidad de Guadalajara, Raúl
Padilla López, diremos que tiene sus orígenes en la formación política “Exigencia
Ciudadana para el Desarrollo de Jalisco”, surgida en el ya lejano año de 2011:
luego se le rebautizó como “Hagamos” en 2018, y finalmente se le registró como partido
en septiembre 18 de 2020. Entre sus más destacados personajes, figuran Enrique
Velázquez González, Abril Alcalá Padilla, Ernesto Gutiérrez Guízar y Tonatiuh
Bravo Padilla. De esa manera participó en comicios desde 2018, y pasando por la
elección de 2021, (cuando alcanzó dos diputaciones de representación y cinco
municipalidades) para las del venidero junio 2 del corriente año, a principios
de noviembre de 2023 se alió a Morena, con el evidente objetivo de lograr un
cambio político en Jalisco. Ideológicamente se ostentan como de izquierda,
aunque en los hechos quedan dudas de ello.
En cuanto al otro organismo
partidista, Futuro, tiene antecedentes de corte independiente desde 2012; luego
emergió una organización llamada «Somos un bosque», creada por el activista
Pedro Kumamoto Aguilar, con el fin de promover candidaturas independientes en
las elecciones locales de 2018. Dos años después se registró ante las
autoridades electorales como partido político. En sus movimientos el más
destacado dirigente ha sido el mencionado Pedro Kumamoto, quien en su momento
fue diputado local (2015) por un distrito con base en Zapopan; el logro
electoral mayor fue en 2021, alcanzando una diputación local y la alcaldía de
Tamazula de Gordiano, aparte de varias regidurías en distintos ayuntamientos.
Su presidenta estatal es Susana de la Rosa Hernández, y el lema de la
institución es “Hay Futuro”.
Contra lo que pudiera creerse, no es,
frente a Morena y aliados, la otra coalición de partidos (integrada por el
Revolucionario Institucional, PRI; el de Acción Nacional, PAN, y el agónico de
la Revolución Democrática, PRD, los cuales caminan bajo la divisa de “Fuerza y
Corazón por Jalisco”) la que realmente disputa el triunfo de los ayuntamientos
jaliscienses, sino el gobernante estatalmente, Movimiento Ciudadano, que bajo
Enrique Alfaro Ramírez ha sido la primera fuerza electoral desde hace seis
años. Es decir, de los tres los organismos que mayor fuerza despliegan, en aras
de triunfar en los comicios del 2 de junio, al menos hasta la fecha según todas
las encuestas, los más fuertes son, por una parte, la alianza que encabeza
Morena, y por el otro lado, su principal contendiente, lo es el partido
Movimiento Ciudadano (MC). En tercer lugar, marcha la liga que encabezan PAN y
PRI.
Es interesante recordar que el
municipio libre mexicano, surgió en 1914, gracias al talento y enorme visión
del jalisciense Luis Manuel Rojas, quien al frente de la Sección de Legislación
Social del gobierno del Primer Jefe del ejército constitucionalista, Don
Venustiano Carranza, a la sazón radicado en Veracruz, redactó esa norma y el
aludido señor Carranza la publicó como decreto el 26 de diciembre de ese año de
1914. Quizás por caer en tiempo de vacaciones navideñas, en ningún lugar se
conmemora tan significativo hecho; coadyuvando también la realidad amarga de
que somos muy desmemoriados en cuestiones históricas.
En los considerandos de esa
trascendente norma, se afirma “Que durante largos años de tiranía sufrida por
la república, se ha pretendido sistemáticamente centralizar el gobierno,
desvirtuando la institución municipal, y que la organización que hoy tienen
varias entidades federativas sólo es apropiada para sostener un gobierno absoluto y
despótico, porque hace depender a los funcionarios que más influencia ejercen
en las municipalidades, de la voluntad de la primera autoridad del estado”, por
lo que tal situación, ya resultaba insostenible, y era indispensable evitar que
se impusieran como autoridades municipales a “personas enteramente extrañas a
los municipios, las que no han tenido otro carácter que el de agente de
opresión y se han señalado como los ejecutores incondicionales de la voluntad
de los gobernantes, a cuyo servicio han puesto el fraude electoral, el
contingente de sangre, el despojo de las tierras y la extorsión de los
contribuyentes”.
Desde entonces, cuando menos
intencionalmente, se buscó que quienes integren los ayuntamientos sean
ciudadanos originarios o radicados en cada localidad, de espíritu democrático,
reales servidores de la población y con honestidad a toda prueba. Con gran
tino, afirmó Rojas, el gran futuro presidente del Congreso Constituyente de
Querétaro: “el ejercicio de las libertades municipales educa directamente al
pueblo para todas las otras funciones democráticas, despierta su interés por
los asuntos públicos haciéndole comprender, por la experiencia diaria de la
vida, que se necesita del esfuerzo común para lograr la defensa de los derechos
de cada uno, y para que la actividad libre de los ciudadanos goce de protección
y amparo”. Así pues, la autonomía de los municipios deberá moralizar la
administración pública, salvaguardará efectivamente la vigilancia de sus
intereses, e impulsará el desarrollo y funcionamiento de la enseñanza primaria,
y el progreso material de las municipalidades, incluyendo su florecimiento
intelectual. En pocas palabras, la libertad de los ayuntamientos asegurará el
adelanto general del país y contribuirá en primera línea al funcionamiento
orgánico de las instituciones democráticas, que son la esencia del gobierno del
pueblo, por el pueblo y para el pueblo. De allí la suma importancia de que, a los
puestos de funcionario municipal, arriben los ciudadanos más calificados
cívicamente, pues las autoridades municipales están más capacitadas por una
supuesta estrecha proximidad que deben mantener con los gobernados, factor que
permite conocer las necesidades de estos, y por consiguiente poseer la información
oportuna para atenderlas y remediarlas con eficacia.
Atendiendo lo anterior, nos preguntamos si los aspirantes a gobernar desde los cargos del ayuntamiento estarán conscientes de la dimensión de su cometido, y en cuanto, a los votantes, la interrogante es: ¿tendrán la información suficiente para elegir a quienes sean más aptos para que los gobiernen municipalmente?
Ojalá que la ciudadanía se persuada
de lo crucial que es saber elegir autoridades municipales, y el 2 de junio, su
decisión resulte acertada, a efecto de que se logren los fines que, en 1914,
alimentaron la creación de la ley del municipio libre.
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