Víctor Hugo Prado
Usted
se preguntará ¿Qué es la Cultura de la Paz? y ¿Por qué es importante? “La cultura de paz es un enfoque integral
para prevenir la violencia y los conflictos violentos, y una alternativa a la
cultura de la guerra y la violencia basada en la educación para la paz, la
promoción del desarrollo económico y social sostenible, el respeto de los
derechos humanos, la igualdad entre mujeres y hombres, la participación
democrática, la tolerancia, la libre circulación de información y el desarme”,
así la define la Resolución Cultura de Paz, aprobada por la Asamblea
General de la Organización de las Naciones Unidas en 1998. Se trata de un
conjunto de valores que permite a las personas convivir con respeto y
tranquilidad, a pesar de las diferencias de todo tipo, e implica también el
rechazo al uso de la violencia y de la fuerza en las relaciones entre las
personas, entre las sociedades y entre los Estados.
Imaginemos
un mundo sin guerras, ni conflictos sangrientos, ni masacres ni violaciones a
los derechos humanos. Sería, sin duda, un mundo de ensueño. Ese mundo ideal, afectado
por la cultura de la violencia, hoy está muy lejos de alcanzarse. No obstante,
una de las vías para poderlo lograr, sin duda es educar para la paz. En donde
la escuela, la familia y los entornos comunitarios juegan un papel
decisivo. La cultura para la paz implica
respetar a todas las personas y escucharlas sin discriminación ni prejuicios.
Compartir el tiempo y los recursos materiales y espirituales con las personas
que necesitan apoyo y aliento para avanzar. Supone incluso contar con una
narrativa, un relato y un imaginario de comunidad compartida, que se enseñan,
se ritualiza y se comparten desde las aulas como parte de una sociedad (Dubet,
2017: 102). Se trata de preparar a las personas y a las sociedades a vivir en
el marco del respeto mutuo, generando condiciones para el bienestar y
convivencia de todas las personas.
La
Cultura de la Paz -y de no violencia- es un sistema de valores opuesto a la cultura
de la guerra y, todavía, lamentablemente, ampliamente extendida entre las
personas, comunidades, sociedades y países. Estas dos culturas se componen de
una serie de elementos, todos ellos en contraposición, y que marcan la
diferencia entre una sociedad abierta y cerrada, una democrática y la otra
autoritaria. La creación de la Cultura de la Paz requiere que, paulatinamente,
podamos sustituir los elementos de la cultura de la guerra por aquellos que
corresponden a la Cultura de la Paz. Mientras más elementos logremos sustituir,
mientras más profundamente podamos arraigarlos en nuestra sociedad, la paz será
más estable y duradera.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario