Fernando
G. Castolo*
Cuatro
importantes conmemoraciones se ventilan en el presente año para los zapotlenses,
todos correspondientes a conmemoraciones de natalicios de ilustres personajes.
El primero de ellos es el célebre héroe local, el Mariscal de Campo don José
María González de Hermosillo y Chávez, de quien este año se celebra el 250
aniversario de su nacimiento. González de Hermosillo luchó en la insurgencia y
fue muerto en 1818; en su honor, al antiguo pueblo de Pitic le fue impuesto el
nombre de Hermosillo, actualmente capital del Estado de Sonora.
También celebramos el 150 aniversario del
natalicio del ilustre escritor y periodista don José Alfredo Gómez Ugarte,
personaje capital en el desarrollo del periodismo nacional durante la primera
mitad del siglo pasado.
Este
año, igualmente, se conmemora el primer centenario del natalicio del
"pater" del teatro local, el maestro don Ernesto Neaves Uribe, quien
naciera en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, pero que mucho le debe la
comunidad por sus aportaciones histriónicas a la vocación artística de la
antigua Zapotlán.
Finalmente,
y no menos importante, también en este año se conmemora el primer centenario
del nacimiento de don Rubén Campos Díaz, conocido como "el padre de todos
los tostaderos"; nativo del poblado de Jiquilpan, en la municipalidad de
San Gabriel, Jalisco, heredó una de las aportaciones gastronómicas por las que
es reconocida Ciudad Guzmán allende las fronteras.
Celebremos,
pues, estas conmemoraciones a quienes, con sus obras, legaron una interesante
estela de identidad a esta antigua y señorial Zapotlán el Grande.
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