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domingo, 10 de marzo de 2024

La mujer y su trascendencia


 

Pedro Vargas Avalos

 

 

El ocho de marzo se llevan a cabo muchas ceremonias y eventos de lo más diverso en memoria de la mujer. Universalmente el sexo femenino realiza aportes que hacen más humano al planeta, al participar activamente no solo en la formación del ser humano, sino en todas las manifestaciones de la vida, llámese ciencia, economía, educación, familia, política, etc.



            El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, fue establecido por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1977, en honor a todas aquellas mujeres que lucharon por la igualdad de derechos en todo el mundo. Originalmente, se recuerda que fueron inmoladas 129 obreras el año de 1911; pero en aras de tal hecho, se conmemora el 8 de marzo, para homenajear a todas las mujeres.


            En estos días, en nuestra patria, a diario tenemos la conciencia de que “es tiempo de mujeres”, y, en consecuencia, vemos como lógico que el próximo jefe del ejecutivo federal, será una mujer: de eso ni duda cabe.





            El sexo femenino es sumamente fuerte, a pesar de que tiene menos fuerza física que el varón. Pero en todas las facetas de la existencia, su fortaleza permite sacar avante a familias, pueblos y países.


            Y aunado al vigor, hacen gala de valentía. Valga mencionar como ejemplo de ese principio, a las heroínas insurgentes Leona Vicario, Josefa Ortiz de Domínguez y Rita Pérez de Moreno. Son ejemplo de patriotismo, esfuerzo y visión.


            El actuar de la mujer ilumina a las sociedades: sin ellas no sería factible hubiese armonía. Y toda su actividad está plena de bondad, solidaridad y alegría.


            Por otra parte, nada hay más hermoso dentro de la creación, que las mujeres. Ellas inspiran, son guías, escudos y muestras de entrega. Un pensamiento anónimo nos dice, al ensalzarlas: “Sé una reina cuando pienses, sé una reina cuando lo decidas, ¡nadie tiene el poder de derrotar el tremendo poder dentro de una mujer! ¡Tú fuerza puede cruzar cualquier obstáculo en tu vida!”





            Ya no más decirle “sexo débil” aunque sí sexo bello. De ahora en adelante, siempre habremos de marchar, a la par, los dos géneros: no hay salida si aspiramos a un mundo mejor. Por todo lo anterior, rendimos tributo a nuestras madres, hermanas, hijas, profesionistas, trabajadoras y en fin, al ser más exquisito de la creación, que es la mujer.


            Para finalizar este breve comentario, ya que, si escribiéramos todas las virtudes femeninas, podríamos hablar de la femineidad y llenar volúmenes y volúmenes, solo mencionaremos la siguiente verdad: Todos los hombres deberíamos ser feministas, preocuparnos por los derechos de las mujeres, para con ello, asegurar un mundo mejor.  ¡Que vivan las mujeres!


           

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