Cada
hombre y cada mujer que se ha unido a A.A. con intención de quedarse con
nosotros, ya ha comenzado a practicar, sin darse cuenta, el Tercer Paso. ¿No es
cierto que en todo lo que se refiere al alcohol, cada uno de ellos ha decidido
poner su vida al cuidado, y bajo la protección y orientación de Alcohólicos
Anónimos?…
Todo
principiante bien dispuesto se siente convencido de que A.A. es el único
refugio seguro para el barco a punto de hundirse en que se ha convertido su
vida. Si esto no es entregar su voluntad y su vida a una Providencia recién
encontrada, entonces, ¿qué es?
—
Doce Pasos y Doce Tradiciones, p. 33
La
sumisión a Dios fue mi primer paso hacia mi recuperación. Creo que nuestra
Comunidad busca una espiritualidad abierta a una nueva relación con Dios.
Mientras me esfuerzo por seguir el camino de los Pasos, siento una libertad que
me da la capacidad para pensar por mí mismo. Mi adicción me tenía confinado sin
posibilidad de liberación; pero A.A. me asegura un camino por el que puedo ir
adelante. El compartimiento, el interés y el afecto recíprocos son lo que nos
regalamos, unos a otros, y mi capacidad para regalarlo está reforzada conforme
cambia mi actitud hacia Dios.
Voy
aprendiendo a someterme a la voluntad de Dios en mi vida, a tener dignidad, y a
mantener estas actitudes regalando lo que recibo.
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