Al
principio, pasaron cuatro años antes de que A.A. llevara la sobriedad
permanente tan solo a una mujer alcohólica. Como los del alto fondo, las
mujeres también decían que eran diferentes… El borracho de los barrios perdidos
decía que era diferente y lo mismo decían los artistas, los profesionales, los
ricos, los pobres, la gente religiosa, los agnósticos, los indios, los
esquimales, los soldados veteranos y los presos… hoy en día, todos ellos hablan
de lo mucho que nos parecemos todos los alcohólicos cuando reconocemos que
hemos llegado a la hora de la verdad.
—
Como lo ve Bill, p. 24_
Yo no puedo considerarme diferente
en A.A.; si lo hago me aíslo de otros y del contacto con mi Poder Superior. Si
me siento aislado en A.A., no es culpa de los otros. Es algo que yo he creado
por sentirme de algún modo “diferente”.
Hoy práctico ser simplemente un
alcohólico más en la Comunidad mundial de Alcohólicos Anónimos.
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