Víctor Hugo Prado
La Escuela
debe ser el espacio por excelencia para generar las condiciones de desarrollo
psicosocial y cognitivo que los estudiantes deben poseer para enfrentar los
grandes retos del futuro. Éstos no serán pocos, como así lo deja ver su propio
presente. Entre ellos, la inseguridad y delincuencia, la pobreza, la
desigualdad social, la corrupción, la injusticia, el desempleo, la dificultad
para el acceso a alimentos, la escasez del agua, la educación, la
discriminación, la homofobia y violencias de géneros. Los problemas no tienen
una causa u origen único. Los determinan múltiples variables.
No
obstante, en ello, las contribuciones personales, sociales y gubernamentales,
pueden ser un factor fundamental, para resolverlos o atenuarlos con acciones
expresadas en normas, en políticas públicas, en programas, en acciones del día
a día, con visión de futuro, con estrategias formativas sustentadas sobre todo
en el espacio educativo. Es decir, en la escuela.
La
escuela debe enseñar matemáticas, física, química y ciencias sociales. Debe
enseñar a hablar y a escribir, a comprender textos. La escuela debe orientarse
a conocer los recursos naturales al igual que la filosofía y la ética. Por supuesto con programa, con planeación,
pero también con medición de resultados. Debe interpretar al mundo, a la
sociedad y a los fenómenos que se desprenden de éstos como interconectados, por
lo que debe aspirarse a tener visión interdisciplinaria, multidisciplinaria y
transdiciplinaria, sea en el marco de la Nueva Escuela Mexicana o de otros
modelos. Pero la escuela debe procurar la formación de personas que tengan un
gran compromiso y amor por su patria, para transformarla en una mejor que la
que nos heredaron.
La
escuela debe apostar, además, a algo que ha permanecido distante de ella. La
mentalidad de crecimiento. Esa que, permite crecer al ser humano, que le
permite aspirar a ser mejor, y que sabe que todas sus habilidades pueden
mejorarse, con estudio, entrenamiento, con buenas estrategias, con mejores
recursos, con buenos profesores. La mentalidad de crecimiento en contraste con
la mentalidad fija, postula que la
inteligencia se puede desarrollar, contrario a que la inteligencia es fija e
innata. La mentalidad de crecimiento enfrenta retos, no los evita, aprende
incluso de los errores, no evita el fracaso; persiste ante las dificultades, no
se rinde fácilmente; ven el esfuerzo como camino al aprendizaje, en la
mentalidad fija ven el esfuerzo como algo ineficaz; aprenden de la retroalimentación
y en colectivo, a diferencia de quien evita la retroalimentación; encuentran
inspiración en el éxito de otras personas, no se sienten amenazados con esos
éxitos que alcanzan otras personas. La mentalidad de crecimiento procura
felicidad, une, da sentido a la vida. Que es lo opuesto a generar ambientes
amargos, dividir a las comunidades y enfrentarlas.
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