Algunas
horas después me despedí del Dr. Bob… Su maravillosa y amplia sonrisa estaba en
su rostro cuando me dijo casi de broma, “Recuerda, Bill, no estropeemos esta
cosa. ¡Mantengámoslo simple!” Yo salí sin poder pronunciar una palabra. Esa fue
la última vez que lo vi.
—
A.A. LLEGA A SU MAYORÍA DE EDAD, p. 214
Después
de años de sobriedad, de vez en cuando me pregunto a mí mismo: “¿Es posible que
sea tan sencillo?” Luego, en las reuniones, veo a los escépticos y a los
desengañados de años pasados que han logrado salir del infierno siguiendo el
camino de A.A., dividiendo sus vidas, sin alcohol, en segmentos de 24 horas,
durante las cuales practican unos cuantos principios lo mejor que pueden.
Y
de nuevo me doy cuenta de que, aunque no sea siempre fácil hacerlo, si lo
mantengo sencillo, funciona.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario