Víctor Hugo Prado
En
junio de 2023 se publicó el informe Latinobarómetro 2023, un estudio sobre la
percepción social de la democracia. Ciro Murayama, exconsejero del INE,
escribió al respecto, “el informe alerta que la democracia en el subcontinente
lleva una década de deterioro continuo y sistemático, al grado de que hay
naciones donde el autoritarismo está otra vez de vuelta, atropellando derechos
y libertades”. Sin duda, existen poderosas tentaciones antidemocráticas,
partidarias, ideológicas y de intereses que así lo revelan.
El
estudio ha dejado también al descubierto que en muchos países de América Latina
está creciendo la población incómoda con la democracia. En promedio el 54% de
los latinos dicen que no importa si el gobierno llega al poder sin democracia
siempre y cuando resuelva los problemas, los mexicanos los hacen en 56 %.
Mientras que por el contrario países como Argentina y Chile, en donde se han
vivido dictaduras militares, son en los que la población valora más la democracia.
Un
dato de sobra inquietante es el alza en la simpatía por eventuales gobiernos
autoritarios. En América Latina, 17 por ciento se identificó con la afirmación:
“en algunas circunstancias, un gobierno autoritario puede ser preferible a uno
democrático”. En México lo dice el 33 %, casi el doble. Lo que nos hace el país
con más respaldo público a una deriva autoritaria. De fondo, estudios como el
de Latinobarómetro alientan a quienes desde el poder impulsan regresiones
democráticas, porque la sociedad respaldaría reformas, incluso
constitucionales, como organizar las elecciones desde el gobierno y no a través
de un órgano autónomo como el que existe actualmente.
O
que las minorías no tengan representación, proponiendo eliminar a diputados y
senadores de representación proporcional, porque salen caros. Cuando la
justificación de su surgimiento, es que no existiera el carro completo que
tanto daño hizo al país, en las épocas doradas del priismo. Para afianzar
contrapesos, surgieron órganos autónomos como la Comisión de Derechos Humanos,
para defender a los mexicanos de los excesos del poder; El Instituto Nacional
de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales
(INAI), para garantizar al ciudadano común tener acceso a la información de las
entidades del gobierno que maneja recursos públicos.
Ante
los tiempos de incertidumbre política y democrática, la Escuela y la
Universidad, deben enseñar a sus estudiantes que son preferibles las elecciones
libres, limpias y justas. Que la democracia es imperfecta, pero que es la
construcción de la lucha de muchas generaciones contra un régimen de partido
hegemónico. Que la democracia no es la voluntad aplastante de las mayorías;
también abarca los derechos, la protección y el respeto a las minorías. Y que
la democracia es por hoy, el mejor sistema de vida en el que puede habitar
cualquier ciudadano en México o el mundo.
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