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lunes, 18 de diciembre de 2023

Opinar con el hígado, indigno de periodistas


 

Pedro Vargas Avalos



Actuar con dignidad es conducirse con decoro; quien ejerza el periodismo invariablemente debe comportarse con seriedad y la calidad correspondiente a ser digno. La misión del periodista es sumamente importante, ya que sus trabajos son leídos por enormes porciones de pueblo (jóvenes, adultos, ancianos, de cualesquier género y nacionalidad), y de este conglomerado, la ciudadanía tiene un rol trascendental, pues es quien, al ejercer sus derechos políticos, elige a los candidatos que, en las democracias y en su momento, irán, ya a legislar, ya a gobernar. Antiguamente -antes de la Constitución de 1917-, también se elegían a los magistrados y ministros de la justicia, lo cual, para muchos, se suprimió lamentablemente.




Ahora bien, antes de que se decida por los votantes, existen los procesos de selección de aspirantes, tanto en los partidos políticos, como entre los grupos de ciudadanos que independientemente se deciden a competir por algún cargo de elección popular. Enseguida sobrevienen los tiempos, tanto de precampañas como luego las campañas formales. En unas y otras etapas, los medios de comunicación son de suma importancia, y desde luego, allí destacan los periodistas, desde reporteros hasta los que opinan, comentan o analizan lo relativo a la política. No cabe duda, que unos y otros deben conducirse con dignidad.


Hoy por hoy, los mexicanos gozamos de indudable libertad y vivimos en un sistema democrático. Por lo tanto, debemos tener la información adecuada para llegado el caso, sufraguemos con madurez. Por lo pronto tenemos a dos mujeres, ambas encumbradas por sus partidarios, en la búsqueda del máximo sitial de autoridad que tiene la nación, es decir, la silla presidencial, desde la cual se ejerce el poder ejecutivo federal, cuyo titular conocemos como presidente de la República, o de forma oficial, de los Estados Unidos Mexicanos.

En razón de lo anterior, es que, dentro de los seguidores -porque aún son precampañas- de cada aspirante presidencial, pero con efectos hacia los que no son sus parciales, se lleven a cabo múltiples actos de respaldo, con el esencial objetivo de ganar adeptos y el día de los comicios, -ya desahogadas las campañas formales- lograr el triunfo electoral.





Vistas de esa manera las actividades político-electorales, todo es normal. Pero como para sinnúmero de los partícipes de la contienda, la política es similar a la guerra, y por ello, equivocadamente, consideran que, en aras de su triunfo, todo recurso se vale. En consecuencia, vemos como en cada bando, aunque lancen la piedra y escondan la mano, recurren a las mentiras (fake news) para urdir descalificaciones, todas fincadas en falsedades, calumnias y difamaciones, danto lugar a lo que conocemos como “guerra sucia”.


En el panorama predicho, recientemente apareció en una revista de larga trayectoria, una portada que despertó la reprobación general. Esa publicación es el semanario que en junio de 1953 fundara un periodista afamado, D. José Pagés Llergo (1910-1989) de origen tabasqueño: por cierto, alguien tildó a Pagés de ser un Quijote de la comunicación, y quizás por ello, este utópico personaje cervantino, se quedó como símbolo de la revista. Desde hace varias décadas, al impreso aludido lo dirige Beatriz Pagés Rebollar, accidentalmente nacida en Guadalajara el 24 de febrero de 1954; sin embargo, la señora ha dado muestras de ser más tabasqueña que tapatía, lo cual es comprensible.


Cuando menos desde que la mencionada persona dirige la revista heredada de su progenitor, tiene gran relación con el exgobernador de Tabasco, Roberto Madrazo Pintado -patrono de la agencia Latín US, archienemiga de AMLO-, también jerarca priista y frustrado aspirante presidencial en 2006, en cuyo equipo colaboró decididamente la multicitada Pagés. Esta, al año siguiente, fue diputada por el PRI. En 2016, con el corruptísimo Enrique Peña Nieto, fue designada para la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México. En 2019 doña Beatriz renunció al priismo, porque decía que el tricolor se había sumado al nuevo presidente, Andrés Manuel López Obrador, que, como todo opositor recalcitrante, suele llamarlo solo “López”.





La fobia a su casi-paisano, data de siempre, por lo que el arribo de AMLO a la presidencia, fue algo doloroso para ella. Para reafirmar su antilopezobradorismo, se sumó a las huestes de Claudio X. González Guajardo, y allí permanece haciendo la guerra a la Cuatro T. Cuando surgió la entelequia llamada “Si por México”, convertida en alianza “Va por México”, ella fue una especie de vocera y en el discurso inicial, denunció que “hay un gobierno populista, cada vez más autoritario y destructivo, y la alianza propone construir el futuro”. Pagés Rebollar definió ese organismo como “la primera gran convocatoria de unidad nacional”, de quienes expresan un “no rotundo al odio, la división, el resentimiento y la mediocridad”. (El Universal, Juan Arvizu Arrioja, 23-12-020) Paradójicamente, así se comporta ella, según veremos.


Paso a paso, la repulsa al primer mandatario y lo que representa su movimiento, ha crecido, según se lee en los editoriales que ella escribe para su publicación. En una portada, llama “miserable” al presidente. Y así otras caras de la revista, llegando al colmo el pasado 8 de diciembre, ¡cuando “Siempre!" difundió un número (3678) donde aparece la silueta de Claudia Sheinbaum con una cinta alrededor de su cabeza, adornada de profusas esvásticas (suásticas), el símbolo de los nazis asesinos comandados por Hitler. Para que no haya dudas, garrapateó en su editorial: "Si permitimos que pase Morena, si dejamos que gane Sheinbaum, los exterminadores de México no solo serán los SS -los esbirros secretos del Führer alemán- de la 4T, sino una oposición sin coraje para impedir que México quede en las garras de un proyecto despótico y transexenal encabezado ahora por una comunista embozada".


La reacción a la imagen mencionada, fue unánime. La comunidad judía, calificó el uso de esos símbolos nazis en relación a la candidata, de “condenable e inaceptable”. Un grupo plural, conformado por académicos, comentaristas, artistas, intelectuales y periodistas, exigió a Beatriz Pagés Llergo, una disculpa pública, y que la publicación 3678 con el contenido fascista se retire de circulación: Enfatizan en su documento de protesta: “La señora Beatriz Pagés y su equipo editorial cruzaron una línea inadmisible en los tiempos que vivimos. La portada no sólo es deshonesta y ofensiva contra Claudia Sheinbaum, sino con las verdaderas víctimas del fascismo, con sus familiares y con los millones de personas que han luchado por la memoria y la no repetición.” Sumados a la condena, algunos medios tildaron a la portada de marras, de “infame”, de indignante, y otros la llaman “repugnante”. En el programa televisivo de Tercer Grado, del día 13 del corriente, apreciamos lo siguiente: Para Denise Maerker, es increíble se haya hecho esa portada, demostrando que “esa señora no sabe nada de historia”; portada “muy lamentable”, afirmó Leo Zuckerman, agregando: “cuando alguien acusa a otro de nazi, es que ya se quedó sin argumentos”. Se sumó Sergio Sarmiento -reconocido anti Amlo- precisando que es “inaceptable” la portada. Raymundo Rivapalacio, la condena y menciona que es más reprobable porque en el relativo artículo editorial, la autora ni al tema se refiere. Genaro Lozano, explica que, siendo indefendible, nefasta, (la portada) Pagés debería disculparse con Claudia.





Desde luego que la más lastimada, Claudia Sheinbaum, manifestó: “Hay una portada que es infamia, y agradezco… un desplegado en dos periódicos nacionales, de diversas personas, algunas que ni siquiera están de acuerdo con el movimiento, pero que -protestan porque- sí se pasó esta señora, … con esta portada de la revista que lleva suásticas, que es el símbolo nazi. Una cosa de mal gusto, pero que tampoco hay que dejar pasar porque la derecha recalcitrante usa la discriminación, el odio. Así son”. La Jornada, 15-XII-2023). En repudio a la multicitada portada, un colaborador -desde 2009- de la revista, Alfonso Suárez del Real, periodista (premio nacional 2014), promotor cultural y político, laureado con un galardón “Pagés Llergo” en el año 2016, cuando la publicación, señaló, era un espacio abierto a las libertades y respetuoso de las opiniones diversas, devolvió la distinción recibida, porque: “Grima da constatar las bajezas publicadas por quien perdió el más sagrado respeto a la labor del fundador de esa revista y el de sus fallecidos colaboradores”.


Como se difundió en Yahoo! Noticias, sobre el tema: “la publicación de la portada de Siempre! en contra de Claudia Sheinbaum parece poner en evidencia la militancia política de esta publicación, lo que contradice las raíces plurales de la revista”. En relación al suceso, la señora Pagés, pertinaz en sus aborrecimientos, solo cambió la portada y señaló que, al respecto, se habían hecho interpretaciones sesgadas. René Delgado la refutó, estableciendo que no da lugar a errores de razonamiento esa ilustración. Finalmente, Jorge Zepeda Patterson y los más de 150 firmantes del desplegado que comentamos, precisaron: “Beatriz Pagés logró lo que nadie, juntar a personas que piensan distinto para pronunciarse en contra de su grotesca portada. Cruzó una línea inadmisible”. Efectivamente, se aseveró con las vísceras, y ya sabemos el principio muy cierto de que, opinar con el hígado, es indigno de periodistas.





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