Pedimos especialmente ser liberados de
la obstinación y nos cuidamos de no pedir sólo para nosotros. Sin
embargo, podemos pedir para nosotros siempre que esto ayude a otros.
Nos cuidamos de no orar nunca para nuestros propios fines
egoístas.
— Alcohólicos Anónimos, p. 87
Como
alcohólico activo, yo permitía que el egoísmo anduviera
desenfrenado en mi vida. Estaba tan apegado a la bebida y a otros
hábitos egoístas que la gente y los principios morales estaban en
segundo plano. Ahora, cuando oro por el bien de otros y no por mis
“propios fines egoístas”, practico la disciplina de abandonar
los apegos egoístas, de cuidar a mis compañeros y prepararme para
el día en que tendré que abandonar todos los apegos terrenales.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario