Fernando G. Castolo
La iniciativa de incorporar esta novedosa obra artística de Silva a la ciudad fue del entonces regidor Roberto García Correa quien, sumamente conmovido, agradeció este importante legado al maestro escultor.
Aunque Javier Silva ya tenía otras muchas obras de gran formato y gran calidad en otros recintos, es a partir de "La Madre Tierra" que su trabajo empieza a ser reconocido en esta antigua Zapotlán el Grande, su tierra natal.
Vendrían luego otros importantes trabajos como "El Fandango", al interior de céntrico restaurante; o la monumental estela escultural de la Unidad 144 de la UPN; hasta la icónica escultura de la diosa "Tzapotlatena", en el ingreso poniente de la ciudad; y "El Danzante", en la explanada de la Plaza "Rubén Fuentes".
"La Madre Tierra" es una hermosa alegoría a los preceptos sentados por Emiliano Zapata, el gran héroe nacional que encabezó su lucha con el lema "la tierra es de quién la trabaja". En la obra de Silva hay interesantes e innovadoras propuestas estilísticas y temáticas.
En algún momento determinado se puede observar el realismo que impregnó en las diversas escenas que conforman la estela. Sabe de anatomías y de perspectivas, lo que le otorga profundidades interesantes al trabajo final.
García Correa, sabía identificar a las promesas culturales de la ciudad y, por ello, fue un constante impulsor de las tareas creativas de muchos reconocidos personajes de la localidad. Hoy, se cumplen ya 25 años de que "La Madre Tierra" de Javier Silva Sánchez se incorporara al patrimonio cultural del municipio y, eso, lo celebramos, porque esta obra es un interesante parteaguas para la plástica zapotlense y, por supuesto, para el artista mismo.
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