Fernando
G. Castolo*
El emporio industrial muy pronto cambiaría su denominación por "Industrias Magaña", y la fama de las estructuras que fabricaban se consolidó en toda la República Mexicana y el extranjero. Es muy común estar en cualquier latitud del gran territorio nacional y observar con orgullo el particular sello de esta industria orgullosamente zapotlense.
Don Jorge, además, fue un personaje muy desprendido para atender asuntos sociales, políticos y religiosos; era parte de su carisma y personalidad. Por ejemplo, costeó por años la tradicional comida que se organiza en el Seminario para Sus Eminencias y Excelencias que acompañan la llamada Misa de Función, en la tarde del 22 de octubre. "Hubiera sido un buen Presidente Municipal", decían las voces, cargo al que aspiró muchas veces don Jorge.
La última vez que coincidí con él fue en un concierto en la Santa Iglesia Catedral; quería que el coro invitado interpretara "Mi viejo San Juan". Muy sentimental se acordó de su padre. Era la víspera del día de San Juan y quería ofrendarle un homenaje. Don Jorge Octavio Magaña Hinojosa y su empresa son un referente icónico en la historia de esta Ciudad Guzmán.
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