Lo único que importa es que
sea un alcohólico que haya encontrado la clave de la sobriedad. Esas
herencias de sufrimiento y recuperación pasan fácilmente de un
alcohólico a otro. Son nuestro don de Dios, y el conferirlo a otros
semejantes a nosotros es el único objetivo que hoy en día nos anima
a los miembros de A.A. en todo el mundo.
—Doce Pasos y
Doce Tradiciones, p. 159-160.
La fortaleza de Alcohólicos
Anónimos radica en el deseo, de cada miembro y de cada grupo
alrededor del mundo, de compartir con otros alcohólicos sus
sufrimientos y los pasos dados para ganar y mantener la recuperación.
Manteniendo un contacto consciente con mi Poder Superior, me aseguro
siempre de alimentar mi deseo de ayudar a otros alcohólicos,
reforzando así la continuidad de esta maravillosa hermandad de
Alcohólicos Anónimos.
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