Fernando G.
Castolo*
La célebre frase de "Aquí es Colima!",
fue celebrada con la edición de un hermoso libro (otro más), que
cobija en su contenido y en su continente las bondades que posee el
Estado de las Palmeras, Perla del Pacífico Mexicano.
La
hermosa edición se debe a un titánico esfuerzo del Gobierno del
Estado de Colima, proyecto encomendado y encabezado por el
historiador e investigador Horacio Archundia, actual titular del
Archivo Histórico estatal.
La manufactura del bello ejemplar,
guarda la proporción de tratar de interpretar lo que Colima
representa en el plano universal, donde su gente, sus paisajes, su
gastronomía, sus usos y costumbres, son un referente único e
inigualable.
"Colima, 500 años" es, desde hoy, un
obligado apoyo bibliográfico que fue pensado y diseñado para los
que no conocen Colima, para los fuereños. Los precisos textos se
hacen acompañar de preciosas postales que ofrecen un interesante
asomo a la mágica geografía de esta bendita tierra vecina, con la
que compartimos un interesante sincretismo cultural, a decir de
Arreola, el paisaje del Jaliscolimán, dominado por los volcanes.
Destacan en este épico relato, apretada reseña de la
historia de Colima en sus primeros 500 años de vida, la presencia de
notables zapotlenses, coadyuvantes en la conformación del particular
rostro de los colimenses: el Cura José María Gerónimo Arzac Díaz
y el Gobernador Ramón R. de la Vega y Escamilla. Este libro es una
maravillosa oportunidad para celebrar a Colima, reconociendo en esta
breve geografía su gran capacidad aportativa, orgullo de la noble
identidad de lo que somos como mexicanos: su peculiar cerámica
prehispánica, sus paisajes salineros, su bebida refrescante llamada
"tuba", y su icónica Petatera, catalogada como Patrimonio
Cultural de la Humanidad. Colima no deja de sorprendernos y Horacio
Archundia nos ha dado el mejor de los regalos: de Colima para el
mundo.
*Historiador
e investigador.
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