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jueves, 26 de octubre de 2023

Un programa para vivir


 



Por la noche, cuando nos acostamos, revisamos constructivamente nuestro día… al despertar, pensemos en las veinticuatro horas que tenemos por delante… antes de empezar, le pedimos a dios que dirija nuestro pensamiento, pidiendo especialmente que esté libre de autoconmiseración y de motivos falsos y egoístas.






— Alcohólicos Anónimos, p. 86


A mí me faltaba serenidad. Tenía una gran cantidad de trabajo por hacer y, aunque me esforzara mucho, cada vez estaba más atrasado. Las preocupaciones por las cosas que no había hecho ayer y el temor de los plazos límites de mañana me quitaban la calma que yo necesitaba para ser eficaz cada día. Antes de dar los Pasos Diez y Once, empecé a leer párrafos como el citado arriba. Trataba de enfocarme en la voluntad de Dios, no en mis problemas, y de confiar en que Él manejaría mi día. ¡Dio resultados! Lentamente, pero dio resultados.




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