Salvador Mateo
Mientras el
presidente Andrés Manuel López Obrador, ya empezó a presumir que
en 2025 se va a demostrar que en los últimos dos años de su
gobierno la pobreza se redujo más que en los primeros tres, en días
recientes se dio a conocer que en Jalisco aumentó exponencialmente
el trabajo infantil y la deserción escolar. Esto es una verdadera
tragedia. Veamos:
Según la Organización Internacional del
Trabajo (OIT), ningún niño del mundo debería abandonar su infancia
para trabajar, pero lo cierto es que muchos menores se ven obligados
a hacerlo en primer lugar por su situación de pobreza. La OIT señala
que la pobreza en las familias impide que dispongan de los recursos
necesarios para comprar alimentos, ropa, acceder a una vivienda, a
sanidad o a educación, llegando incluso a dejar los estudios. Muchos
menores se ven en la situación de contribuir a la economía familiar
realizando trabajos que incluso ponen en peligro su vida.
Para
el caso de Jalisco donde de acuerdo con el último informe del
Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social
(Coneval) la pobreza bajó en 30 por ciento, al doble a nivel
nacional que fue del 15 por ciento, la Encuesta Nacional de Trabajo
Infantil (ENTI) del Inegi, en su segunda edición que se realizó en
el último cuatrimestre de 2022 y publicada a principios de octubre
de 2023, los resultados para Jalisco muestran que 15.4 por ciento de
la niñez entre 5 y 17 años trabaja. Eso significa en números
concretos que 281 mil 129 niños y niñas están ocupados en
actividades económicas.
Analistas serios señalan, si el
panorama de Jalisco se compara con el trabajo infantil general del
país, está peor, pues a nivel nacional el porcentaje fue de 13.1
hasta 2022, en cifras concretas son 3.7 millones de niñas, niños y
adolescentes. Además, la ENTI revela que en 2019 la entidad estaba
por debajo de la media nacional y en sólo tres años pasó a ser la
entidad número 12 con mayor porcentaje de niñez con trabajo.
Aunado
a lo anterior, el Inegi registra que Jalisco se ubicó como la
entidad decimoprimera con mayor porcentaje de niñez que trabaja y no
acude a la escuela. Uno de cada cinco no tiene la primaria completa;
uno de cada tres tiene la primaria completa, pero no la secundaria, y
46 por ciento cuenta con la secundaria u otro nivel educativo. Hasta
el año pasado 98 mil 554 menores jaliscienses realizaban actividades
en su trabajo que los ponían en riesgo.
En cuanto al quehacer
doméstico en condiciones no adecuadas, el Inegi indicó que en 2022
provocó que 28 mil 908 niños y niñas no acudieran a la escuela.
Esta terrible realidad no puede ser ocultada con discursos
irresponsables y adormecedores como los que lanza diariamente el
inquilino de Palacio Nacional. La pobreza no ha disminuido, sigue y
seguirá aumentando, aunque en las estadísticas oficiales se omitan
datos que no son favorables al gobierno.
El pueblo de Jalisco
debe informarse y entender que estamos ante una tragedia, en donde
los jaliscienses están engrosando las cifras del trabajo infantil y
la deserción escolar. Esto tiene graves consecuencias que repercuten
en el correcto desarrollo físico y emocional de los niños que lo
sufren. La OIT señala, los menores que trabajan pueden llegar a
desarrollar enfermedades y dolencias crónicas, desnutrición, sufrir
cortes y quemaduras por trabajar con maquinaria y herramientas
inadecuadas, asimismo, debido a las largas horas que dedican al
trabajo, se ven obligados a dejar sus estudios y quedaran para
siempre en situación de rezago educativo y pobreza
Los
mexicanos que buscamos una patria más prospera y justa en beneficio
de todos, si queremos salvar a los niños y jóvenes de un futuro de
pobreza y atraso en todos los órdenes, hoy más que antes, los
problemas que azotan a los menores no se le pueden dejar al actual
grupo político que arribó a la Presidencia de la Republica en 2018.
No se debe perder de vista que a más de cinco años de gobierno
cuatroteista se han recrudecido: la violencia a niveles nunca antes
vistos, la pobreza familiar, la carencia de acceso a la salud de
calidad y ahora la tragedia del trabajo infantil y la deserción
escolar.
Se impone la necesidad de llamar al pueblo trabajador a
que se organice y se eduque, pues la solución de todos los males que
azotan a nuestro país está en que una gran fuerza social conformada
por millones de mexicanos conscientes y organizados tomen en sus
manos el poder de la nación y desde allí, instrumente una política
de corrección de los problemas de México y sin titubeos, proceda a
redistribuir la renta nacional, solo así se podrán evitar tragedias
mayores.
Es oportuno reiterar que el Movimiento Antorchista,
partiendo de un estudio profundo de la realidad mexicana, ha
sintetizado cuatro propuestas de acción para comenzar a frenar los
males derivados del neoliberalismo que consisten en: una política
fiscal progresiva, preferentemente pactada con todos los actores
económicos; una reorientación radical del gasto público hacia las
necesidades de los más marginados; la creación de empleos para
todos los que estén en edad de trabajar y puedan hacerlo la
elevación sustancial de los salarios a la altura de las necesidades
de una familia promedio de trabajadores para que todos sus miembros
puedan acceder al derecho a una alimentación suficiente y de
calidad, a la salud, vivienda, educación, entre otras necesidades
básicas.
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