Fernando G.
Castolo
Aunado a ello, el recorrido fue kilométrico, dado que es la primera vez que los mayordomos viven extramuros de la ciudad, es decir, que su habitación se localiza fuera del llamado anillo periférico. Esto lo tendrán que observar muy bien los organizadores de la función religiosa, dado que la ciudad se ha extendido sobremanera, a grado tal que en muy pocos años, la mancha urbana se habrá extendido y unido a las poblaciones de San Sebastián del Sur y hacia Huescalapa-Zapotiltic.
Lo cierto es que Ciudad Guzmán ya no se da abasto para un concentrado multitudinario de personas. Prácticamente todo colapsa: servicios de recolección de residuos, servicios sanitarios, servicios abarroteros, servicios de estacionamiento; servicios de hospedaje, servicios alimenticios; servicios de transporte…
Todo nos rebasa y la ciudad se frustra durante, esencialmente, cuatro días: 21 de octubre, colocación del enroso; 22 de octubre, misa de función y confirmación del juramento; 23 de octubre, recorrido de alegorías y traslado de las imágenes a la casa de mayordomos; y 24 octubre, retorno de las imágenes a Catedral y rifa para elección del nuevo mayordomo.
En este año, además, se planeó la visita de las imágenes al templo parroquial de Nuestra Señora del Refugio, al Hospital Regional de Ciudad Guzmán, al Tianguis Municipal Benito Juárez y a la Casa-Hogar para Ancianos San José, en una jornada que se bautizó como "Ruta Sinodal de la Fe".
Quizá llegó el momento de cambiar usos y costumbres que han prevalecido por años en la solemnidad Josefina. Quizá deba de pensarse en modificar los recorridos de las imágenes. Algunos han argumentado que así como se alarga varias calles hacia el norte de la ciudad que, igualmente, lo debe de hacer hacia el sur. Se ha propuesto, por ejemplo, que el recorrido hacia el sur sea hasta la calle Leona Vicario. Se ha dicho, igualmente, que el recorrido hacia el norte bien pudiera ser hasta la calle Mariscal.
Cada vez llegan más visitantes a contemplar la vistosidad de danzas y alegorías, y todo ello debe de pensarse al interior de los grupos o individuos que se responsabilizan de la festividad. Es momento de hacer modificaciones a las fiestas religiosas y el mejor ejemplo de que esto urge lo acabamos de vivir los zapotlenses.
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