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martes, 3 de octubre de 2023

P.S. como guía

 



Ocúpate, pues, de que tu relación con él ande bien y grandes acontecimientos te sucederán a ti y a infinidad de otros. Esta es para nosotros la Gran Realidad.






Alcohólicos Anónimos, p. 164

Tener una relación buena con Dios me parecía ser imposible. Mi pasado caótico me había dejado lleno de culpabilidad y remordimiento y yo me preguntaba cómo podría funcionar este “asunto de Dios”. A.A. me dijo que yo debía poner mi vida y mi voluntad al cuidado de Dios, como yo lo concibiera. Sin tener otro lugar donde acudir, me puse de rodillas y exclamé, “¡Dios, yo no puedo hacerlo, por favor ayúdame!” Cuando admití mi impotencia, un rayito de luz empezó a llegar a mi alma, y luego emergió mi disposición a dejar que Dios controlase mi vida. Con Él como guía, grandes acontecimientos empezaron a suceder y encontré el comienzo de la sobriedad.




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