Algunos de nosotros hemos
recibido golpes muy fuertes para aprender esta verdad: con empleo o
sin empleo, con esposa o sin esposa, sencillamente no dejamos de
beber mientras antepongamos la dependencia de otras personas a la
dependencia de dios.
— Alcohólicos Anónimos, p.
98
Antes de llegar a A.A., siempre tenía pretextos para
echarme un trago: “Ella dijo…”, “Él dijo…”, “Me
despidieron ayer…”, “Hoy conseguí un muy buen trabajo”.
Ninguna área de mi vida estaría bien si volviera a beber. Mi vida
en sobriedad mejora cada día. Tengo que recordar siempre, no beber,
confiar en Dios y mantenerme activo en A.A.
¿Estoy poniendo
hoy algo antes de mi sobriedad, antes de Dios o antes de A.A.?
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