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domingo, 29 de octubre de 2023

Están encendidas las alarmas, urge un fondo para desastres naturales

 



Salvador Mateo


Al quedarse atascado en el lodo el vehículo en que viajaba el presidente Andrés Manuel López Obrador quedó evidenciado que el mandatario no quiso llegar a acapulco, guerrero, no quería llegar a afrontar la más grande de las tragedias naturales de su sexenio. Tal y como han señalado algunos comunicadores, no quiso ver personalmente la magnitud del desastre provocado por el paso del Huracán “Otis”. Esta es la innegable realidad, tomando en cuenta que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) cuenta con vehículos todo terreno, además de helicópteros, pero, pese a tenerlos a su disposición, AMLO no se subió a ninguno de ellos.


Ante la magnitud de la tragedia que afronta el pueblo guerrerense, los mexicanos no podemos caer en el juego de López Obrador, cuando argumenta que “Otis” fue un fenómeno extraordinario y manda a sus críticos que pregunten a los centros de control de huracanes. Esta argumentación es parte de su estrategia de gobierno de echarle la culpa de todos sus fracasos a gobiernos anteriores, y ahora culpa de todos los estragos a la naturaleza.

Lideres de opinión coinciden, en que AMLO busca a toda costa evadir su responsabilidad, mientras está a la vista de todo México y el mundo el dolor de las víctimas de los huracanes, debido que en 2020 la Cuarta Transformación eliminó los recursos del Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden) y ahora los mexicanos están desprotegidos ante los desastres por el cambio climático.






Contrario al discurso consolador del presidente de que “Otis” afortunadamente no dejó “tantas” muertes, pues nada más fueron 27, la prensa da cuenta de que se siguen encontrando cadáveres en el puerto de Acapulco. Se habla de 50 muertes, es decir van casi el doble del número que maneja AMLO en sus mañaneras. Además, familias de pescadores señalan que había decenas de personas en el puerto cuando el huracán impactó, por lo que el número de víctimas pueden ser más.

Tampoco es de digno de aplaudir la afirmación de los cuatroteistas de que siguen los fondos del Fonden y están disponibles 18 mil millones de pesos para atender la emergencia. Especialistas estiman que los daños generados por el Huracán “Otis” alcanzan los 15.000 millones de dólares, una cifra que rebasa los recursos públicos disponibles en los fondos gubernamentales para atender desastres.

Hoy más que nunca los mexicanos deben indignarse ante la inacción del gobierno federal y exigir soluciones. Al momento de escribir estas líneas, a casi un mes del paso del Huracán “Lidia” por las costas de Jalisco, sin considerar daños en la agricultura e infraestructura carretera, las familias de las 3 mil 464 viviendas que resultaron con algún tipo de daño material, ya sea parcial, total o pérdidas en los techos, además, 2 mil 223 casas tuvieron afectaciones a menaje, hasta el momento no han visto apoyo federal.






Por otra parte. Debido a la poca lluvia ha ocasionado que el agua captada por las presas de Jalisco sea menor que la registrada el año pasado. De acuerdo con datos estadísticos del Sistema Nacional de Información del Agua, mientras que al 20 de octubre de 2022 se tenían ocho mil 136 hectómetros cúbicos de agua, captados por las 24 presas más importantes de Jalisco sumando un llenado de agua de 76 por ciento, hasta estos momentos suman apenas seis mil 046 hectómetros cúbicos, alcanzando apenas un 56 por ciento del total de la capacidad de los cuerpos de agua, con lo cual se prevé una severa sequía en 2024 que traerá problemas en la agricultura y en el suministro de agua en los hogares jaliscienses.

El pueblo de México no puede resignarse a seguir siendo víctimas por sismos, huracanes, inundaciones y sequias. No se trata de culpar al gobierno lopezobradorista de los desastres naturales, pero si es absolutamente responsable de haber eliminado el fondo que fue creado para afrontar oportunamente las emergencias y haberlo destinado obras inútiles como el Tren Maya.

Las tragedias como las de “Lidia” y “Otis” que acaban de sufrir los mexicanos no podrán ser resueltas solamente con despensas, enseres domésticos o unas cuantas laminas como pretende López Obrador. De acuerdo con analistas serios, esta política es asistencialista y sumamente grave, sobre todo porque la Cuarta Transformación ante los desastres, privilegia intervenciones asistencialistas militarizadas con esto las instituciones civiles se vuelven dependientes de las fuerzas armadas, que no tienen capacidad de recuperación y reconstrucción, solo de emergencia.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, advierte que huracanes como “Otis” se volverán más frecuentes por el cambio Climático. El Huracán “Otis· es el más reciente de una serie de desastres climáticos, desde huracanes hasta inundaciones, avivados por el aumento de la temperatura de los océanos a niveles récord, que también traerán sequias severas. Frente a esta amenaza, los mexicanos sobre todo los más vulnerables deben informarse y darse cuenta de que en nuestro país están encendidas las alarmas y urge un fondo para desastres naturales que sea suficiente, autónomo e independiente de la voluntad presidencial. El pueblo de México tiene la última palabra.




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