Los sabios siempre han reconocido que nadie puede aspirar a hacer nada en la vida, hasta que el autoexamen no se convierta en costumbre, hasta que no reconozca y acepte lo que allí encuentra, y hasta que no se ponga, paciente y persistentemente, a corregir sus defectos.
— Doce Pasos y Doce Tradiciones, p. 86
Yo tengo más que suficiente para manejar hoy, sin tener que arrastrar también el equipaje del ayer. Tengo que hacer el balance hoy si deseo tener una oportunidad mañana. Así es que me pregunto a mí mismo si he errado y cómo puedo evitar repetir ese comportamiento.
¿Ofendí a alguien, ayudé a alguien, y por qué? Una parte del hoy puede derramarse sobre el mañana, pero la mayor parte no tiene que hacerlo si yo hago un honesto inventario diario.
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