Fernando
G. Castolo
Su madre, doña María Guadalupe Prisca Yazmín Dipp Manzur y Mora, descendía de aristocráticas familias libanesas avecindadas en México. Nuestra peculiar personaje, es poseedora de una belleza natural que debe al conjunto de sus sangres; fue Princesa de la Feria de Zapotlán en 1954. (Cabe destacar que su hermana Columba fue Reina de la Feria en 1952; mientras que su hija Claudia Medina Briseño, igualmente fue Reina de la Feria en 1984).
Desde que tuve la oportunidad de coincidir con ella, he admirado su gran compromiso y responsabilidad con la que ha tomado parte en la organización de las fiestas josefinas, esencialmente en la selección de los personajes que darán vida a los pasajes bíblicos de las alegorías del 23 de octubre.
Además, es la encargada de observar los vestuarios de cada uno: la medida exacta, la combinación de telas, en sus tonos y texturas, así como su limpieza y planchada; de acercar a los maquilladores y peinadores; así como de dotar de bebidas y alimentos a los cien o más participantes de las doce plataformas alegóricas en las que, igualmente, interviene en el diseño y disposición de los actores de representación bíblica.
Es una buscadora constante de la perfección, enorgulleciendo a esta antigua Zapotlán, dado que el resultado de este gran esfuerzo es vitoreado y aplaudido por los miles de espectadores que admiran su escrupuloso trabajo.
Nuestro sincero homenaje a esta dama que ha sabido dar lo mejor de sí, con aquel admirado desinterés, para mayor gloria de este pueblo que, año con año, se engalana en el mes de octubre. Muchas gracias por esta ejemplar labor doña Blanca Briseño Dipp.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario